QAC: EL "PENAL" DE VARELA

No se trata del penal más largo del mundo, ni de una sanción polémica. El penal que ejecutó Gustavo Varela y que atajó el arquero de Newell´s, Peratta, sigue dando que hablar, y merece un comentario extra.
Porque de pronto nos enteramos que el técnico de Quilmes, Hugo Tocalli, tenía asignado al uruguayo Varela como ejecutor de penales. Se lo dijo al relator Di Blasi: estando Varela en campo, él tira los penales, algo que debe haber sorprendido a propios y extraños. En todo caso, se trató de una distracción del periodismo deportivo que sigue al Cervecero. Como a Quilmes no le habían dado penales, esta situación no apareció, por supuesto, hasta que en el final el árbitro Beligoy cobró penal en el Parque Independencia.
Si se hubiera sabido con anterioridad la determinación de Tocalli, seguramente se habría formado una sumatoria de voluntades de los hinchas para lograr que la cambiara, eso teniendo en cuenta que el uruguayo es uno de los jugadores más resistidos por el hincha. Al ser uno de los que más jugó en estos diez partidos, el sólo hecho de saber que era el designado para los penales, hubiese provocado distintas reacciones.
Esas mismas reacciones que ahora aparecen con el hecho consumado, o sea, con el diario del lunes. Si Varela hubiese concretado la conquista, se habría hablado de hazaña -nunca Quilmes ganó en la cancha de Newell´s- etcétera, etcétera. Lo que se habló fue lo contrario, porque Varela tiró con poca convicción (él le confesó a Sergio Fiorentino que había decidido cambiar el palo en el mismo momento de la ejecución, lo que le jugó una mala pasada, y asimismo, reconoció que le había pedido perdón a sus compañeros por la necesidad de victoria que tiene el equipo).
Así las cosas, vale coincidir con Varela en que errar un penal no es la vida, también hay que reconocer que aquí el gran responsable es Tocalli, y debe respetarse su decisión de designarlo como ejecutante, si en las prácticas le había dado resultado. Claro, como Quilmes no había tenido penales a favor, entonces no se sabía este desenlace. Pero Tocalli fue tajante: con Varela en el campo, él era el designado.
Se habló demasiado del penal de Varela, sobre todo por quien lo pateó, por el momento del partido, por la circunstancia de hacer historia, etcétera, pero se dejaron de lado algunas otras cosas, que bien vale señalar.
Tocalli y los dirigentes han traido 22 jugadores para esta incursión en la primera. Varela es uno de los 22, y supuestamente se lo incorporó por su experiencia y por sus antecedentes. Todavía no respondió en ese nivel, pero el mismo Tocalli, recordando su paso por Velez -el poderoso rival que llega el viernes al Centenario- dijo que a Santiago Silva lo protegió todo lo que pudo, pero la gente se paraba para insultarlo desde el inicio del partido, y luego, hoy mejor dicho, se convirtió en el goleador y emblema.
Rodrigo López también sufrió el escarnio del hincha, porque en su primera temporada no rendía. Y con el tiempo se afirmó, y fue fundamental en un Velez campeón.
Quiere decir que el penal de Varela permite considerar muchísimas cosas en torno a este fútbol nuestro de cada día.
Quilmes sigue en deuda con su gente -necesita una victoria como agua en el desierto- y ahora tendrá que demostrar que más allá de lo puntual -el caso Varela- el equipo está dispuestos a superar la adversidad. Porque se vienen Velez -con sus seis goles a cuestas ante un humillado Colón- y luego Banfield -recién eliminado de la Copa, y que seguramente querrá recuperar terreno en el torneo local-, en fin dos compromisos más que difíciles, pero que pondrán a prueba el temple de este grupo.
Lógicamente, el hincha siempre quiere ganar, y mucho más cuando hay que patear un penal en el último minuto en un escenario donde nunca se logró el triunfo, por eso habrá que entender que hoy más que nunca los futbolistas necesitan el apoyo de la gente. De lo contrario, cada presentación en el Centenario seguirá siendo un karma.
PD: la mejoría del equipo ante dos rivales difíciles, como Arsenal y Newell´s, sirve para tener optimismo, como para pensar que tanto Velez como Banfield, por más pergaminos que traigan, no se la van a llevar de arriba.

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