Cuatro puntos en siete fechas, sin duda es una paupérrima producción para este Quilmes que está en descenso directo.
Preocupación es la palabra que gobierna la actualidad Cervecera, y si la situación es difícil, mucho más lo es teniendo en cuenta que el próximo rival es River, en el Monumental, un Millonario que viene de perder en Rosario y que tratará de desquitarse, con goles, buen juego y deleite para su parcialidad.
Así las cosas, no es éste el mejor momento para jugar con River, porque puede ser catastrófico, como le ocurrió al pálido Independiente ayer en Banfield, o bien se puede llegar a una hazaña, al menos complicándole la vida al equipo de Cappa.
Más allá de eso -Quilmes va de punto, con todos sus fantasmas a cuestas- hay que mirar el futuro con la necesidad de ganar de alguna vez por todas, porque en la medida en que no se gana -Quilmes empató cuatro y perdió tres, todavía no conocer el verbo Ganar y si a eso se suman las 6 fechas sin victorias en el Nacional B, el drama es aún mayor- el promedio, flaco de por sí, sigue creciendo negativamente.
Sin duda, el partido en el Monumental tiene muchas lecturas y muchas preguntas que encontrarán respuesta. Una de ellas, la continuidad del cuerpo técnico, cuyo líder, Hugo Tocalli, ya comenzó a dar muestras de flaquezas, reconociendo que estos resultados le van quitando fuerzas.
No hay que olvidar que después de Ríver, llegará al Centenario el Arsenal de Gustavo Alfaro, con todo lo que significa el de Sarandí en la rivalidad con Quilmes y con el sentimiento que genera el técnico, que dejó su impronta en su paso por el QAC, con la mejor campaña después de un ascenso, que incluso permitió jugar la Copa Libertadores.
Así las cosas, esta semana será muy dura para el plantel, mucho más para el cuerpo técnico y si en Nuñez no se concreta una actuación digna, seguramente se estará hablando de muchos más problemas todavía... En todo caso, el cuerpo técnico, los jugadores, son los únicos que pueden cambiar esta historia, hoy más negra que nunca.
Preocupación es la palabra que gobierna la actualidad Cervecera, y si la situación es difícil, mucho más lo es teniendo en cuenta que el próximo rival es River, en el Monumental, un Millonario que viene de perder en Rosario y que tratará de desquitarse, con goles, buen juego y deleite para su parcialidad.
Así las cosas, no es éste el mejor momento para jugar con River, porque puede ser catastrófico, como le ocurrió al pálido Independiente ayer en Banfield, o bien se puede llegar a una hazaña, al menos complicándole la vida al equipo de Cappa.
Más allá de eso -Quilmes va de punto, con todos sus fantasmas a cuestas- hay que mirar el futuro con la necesidad de ganar de alguna vez por todas, porque en la medida en que no se gana -Quilmes empató cuatro y perdió tres, todavía no conocer el verbo Ganar y si a eso se suman las 6 fechas sin victorias en el Nacional B, el drama es aún mayor- el promedio, flaco de por sí, sigue creciendo negativamente.
Sin duda, el partido en el Monumental tiene muchas lecturas y muchas preguntas que encontrarán respuesta. Una de ellas, la continuidad del cuerpo técnico, cuyo líder, Hugo Tocalli, ya comenzó a dar muestras de flaquezas, reconociendo que estos resultados le van quitando fuerzas.
No hay que olvidar que después de Ríver, llegará al Centenario el Arsenal de Gustavo Alfaro, con todo lo que significa el de Sarandí en la rivalidad con Quilmes y con el sentimiento que genera el técnico, que dejó su impronta en su paso por el QAC, con la mejor campaña después de un ascenso, que incluso permitió jugar la Copa Libertadores.
Así las cosas, esta semana será muy dura para el plantel, mucho más para el cuerpo técnico y si en Nuñez no se concreta una actuación digna, seguramente se estará hablando de muchos más problemas todavía... En todo caso, el cuerpo técnico, los jugadores, son los únicos que pueden cambiar esta historia, hoy más negra que nunca.
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