Hoy se cumplieron nueve años del fallecimiento de monseñor Jorge Novak, quien fue el primer obispo de Quilmes.
En tal sentido se realizó un homenaje en el Parque de la Ciudad, donde se inauguró una imagen del prelado, hecha por la artista de mosaico Lilian Luciano.
Al acto asistió el intendente Francisco Gutiérrez y el obispo Luis Stockler, quienes destacaron la figura del padre obispo Novak.
Precisamente se resaltó su acción en tiempos duros de la dictadura militar y en la crisis de los 90, poniéndose siempre a favor de los sin voz. Alzó su voz en la dictadura y precisamente se recordó que fueron muchas las familias que recurrieron a Novak para saber de sus familiares en esos tiempos oscuros de la Argentina.
Se recordó asimismo que el obispo fue también el receptor en tiempos del menemismo, cuando se cerraban fábricas y aumentaba la desocupación, y se mencionó la misa que se realizó en el cruce de Varela, con la presencia de cientos de trabajadores y obreros que en esos tiempos perdieron su fuente de trabajo.
Monseñor Novak dejó su impronta en Quilmes. Se transformó en el campeón de los derechos humanos y fueron las madres de Plaza de Mayo de Quilmes las primeras que se animaron a reclamar por sus familiares detenidos desaparecidos, con el apoyo precisamente de monseñor Novak.
Un merecido homenaje a este prelado que en Quilmes dejó su profunda huella.
En tal sentido se realizó un homenaje en el Parque de la Ciudad, donde se inauguró una imagen del prelado, hecha por la artista de mosaico Lilian Luciano.
Al acto asistió el intendente Francisco Gutiérrez y el obispo Luis Stockler, quienes destacaron la figura del padre obispo Novak.
Precisamente se resaltó su acción en tiempos duros de la dictadura militar y en la crisis de los 90, poniéndose siempre a favor de los sin voz. Alzó su voz en la dictadura y precisamente se recordó que fueron muchas las familias que recurrieron a Novak para saber de sus familiares en esos tiempos oscuros de la Argentina.
Se recordó asimismo que el obispo fue también el receptor en tiempos del menemismo, cuando se cerraban fábricas y aumentaba la desocupación, y se mencionó la misa que se realizó en el cruce de Varela, con la presencia de cientos de trabajadores y obreros que en esos tiempos perdieron su fuente de trabajo.
Monseñor Novak dejó su impronta en Quilmes. Se transformó en el campeón de los derechos humanos y fueron las madres de Plaza de Mayo de Quilmes las primeras que se animaron a reclamar por sus familiares detenidos desaparecidos, con el apoyo precisamente de monseñor Novak.
Un merecido homenaje a este prelado que en Quilmes dejó su profunda huella.
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