Estamos a un paso del comienzo de un nuevo mundial de fútbol, y la Argentina, que tiene cifradas esperanzas de una excelente actuación, está ocupando las principales páginas de los diarios del mundo con la increíble "exportación" de barra bravas, algunos de los cuales así como fueron volvieron.
No debe sorprender todo lo que está pasando con los barras en Sudáfrica, teniendo en cuenta el elenco estable de estos supuestos "caracterizados" hinchas, que sin problemas salieron de Argentina y que allá en la sede del mundial se han transformado en no tan ilustres representantes argentinos.
Aquí nuevamente se pone sobre el tapete la hipocresía que reina en el mundo del fútbol en este rubro de los barrabravas, todos ligados a los clubes, donde los dirigentes se hacen los ingenuos pero todos los conocen y al haberles dado demasiado espacio, hoy se agarran la cabeza para intentar despegarse de la cuestión, a tal punto que un avión con "famosos" encuentra trabas en el país del mundial, por aquello de la inercia de una cuestión a la que nunca se le quiso poner coto. Y si se pone la lupa sobre los ejemplares que viajaron, evidentemente no debe sorprender todo lo que está pasando.
Basta con recurrir a la versión taquigráfica de la presencia de representantes de la ONG Salvemos al fútbol, que preside Mónica Lizzardo, para darse cuenta que esto no es sorpresa. La joven dirigente de la ONG alertó a los diputados en la Comisión de Deportes, dándoles nombre y apellido de todos estos barras, con antecedentes y cuestiones ligadas con la justicia.
En esa oportunidad puso el grito en el cielo para que la tuvieran en cuenta en cuanto a la denuncia realizada junto al ex juez Bergés, que bastante sabe del tema, y sin embargo, pasó el tiempo y nada pasó. Y ahora que todo está pasando, resulta que todo eso que alertó es lo que hoy provoca tanto escozor.
Alguna vez dejará de jugar la hipocresía en estos temas ligados con el fútbol y los responsables se pondrán a la cabeza de los problemas, y no que se siga con la vieja costumbre de poner el carro delante de los caballos.
Ojalá que la selección argentina desde el sábado produzca las actuaciones que todos esperan, desde la jerarquía y calidad de sus integrantes, como para borrar la mancha que estos "embajadores" han venido estableciendo en Sudáfrica.
De todas maneras, como alguien dijo el hecho de haber puesto sobre el tapete el tema, servirá para que alguna vez se tome el toro por las astas.
No debe sorprender todo lo que está pasando con los barras en Sudáfrica, teniendo en cuenta el elenco estable de estos supuestos "caracterizados" hinchas, que sin problemas salieron de Argentina y que allá en la sede del mundial se han transformado en no tan ilustres representantes argentinos.
Aquí nuevamente se pone sobre el tapete la hipocresía que reina en el mundo del fútbol en este rubro de los barrabravas, todos ligados a los clubes, donde los dirigentes se hacen los ingenuos pero todos los conocen y al haberles dado demasiado espacio, hoy se agarran la cabeza para intentar despegarse de la cuestión, a tal punto que un avión con "famosos" encuentra trabas en el país del mundial, por aquello de la inercia de una cuestión a la que nunca se le quiso poner coto. Y si se pone la lupa sobre los ejemplares que viajaron, evidentemente no debe sorprender todo lo que está pasando.
Basta con recurrir a la versión taquigráfica de la presencia de representantes de la ONG Salvemos al fútbol, que preside Mónica Lizzardo, para darse cuenta que esto no es sorpresa. La joven dirigente de la ONG alertó a los diputados en la Comisión de Deportes, dándoles nombre y apellido de todos estos barras, con antecedentes y cuestiones ligadas con la justicia.
En esa oportunidad puso el grito en el cielo para que la tuvieran en cuenta en cuanto a la denuncia realizada junto al ex juez Bergés, que bastante sabe del tema, y sin embargo, pasó el tiempo y nada pasó. Y ahora que todo está pasando, resulta que todo eso que alertó es lo que hoy provoca tanto escozor.
Alguna vez dejará de jugar la hipocresía en estos temas ligados con el fútbol y los responsables se pondrán a la cabeza de los problemas, y no que se siga con la vieja costumbre de poner el carro delante de los caballos.
Ojalá que la selección argentina desde el sábado produzca las actuaciones que todos esperan, desde la jerarquía y calidad de sus integrantes, como para borrar la mancha que estos "embajadores" han venido estableciendo en Sudáfrica.
De todas maneras, como alguien dijo el hecho de haber puesto sobre el tapete el tema, servirá para que alguna vez se tome el toro por las astas.
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