BICENTENARIO

Se acerca la fecha, el sol del 25 viene asomando... El Bicentenario está en las puertas y merece una reflexión.
Hace dos siglos los patriotas se acercaron a la Plaza de Mayo para declarar la libertad del virreinato, ya que el rey español estaba preso.
Fue el primer grito de libertad y el punto de partida de nuestra Patria.
Pasaron doscientos años y aunque parezca mentira, el pueblo sigue queriendo saber de qué se trata.
En una excelente nota, titulada Bi, el periodista y director de Perfil, Jorge Fontevecchia, explicaba la realidad actual de la Bipolaridad que se mantiene como realidad en nuestro país.
Porque la historia de estos dos siglos marca esa realidad: unitarios y federales, rosistas y antirosistas, peronistas y antiperonistas, provinciales y porteños, civiles y militares, y hoy kirchneristas y anti, constituyen una señal que no termina por realizar el gran sueño de los patriotas: una Nación auténtica, y no facciones.
La intolerancia quedó marcada cuando la presidenta le dijo no a la inauguración del Colón o bien el vicepresidente Cobos no fue invitado a la cena del Bicentenario o el jefe de Gobierno Macri se despachó contra la presidenta, etcétera.
Quizás ésta sea la gran deuda del Bicentenario: terminar con la intolerancia y sentar las bases de la unidad nacional, que no pasa por pensar todos de similar manera sino que dentro del espíritu democrático, y cada cual con su idea, se piense en la Patria como el bien supremo, que está muy por encima de los intereses personales.
En los próximos cien años la deuda que deberá ser saldada pasa por trabajar por la unidad nacional, para que aquello que soñaron los patriotas de 1810 y de 1816 se haga realidad.
Mientras tanto seguiremos deteniéndonos en el "juego chico", la chicana de aquello de no ir a tal acontecimiento, en este caso el Bicentenario, porque va tal o cual, desconociendo que una Patria hecha y derecha sólo se construye con cimientos firmes.
Ojalá que los tiempos terminen por cicratizar heridas y todos los argentinos le demos para adelante por la unidad nacional.
De todas maneras, de cara al Bicentenario, hay que decir como el poeta Augusto Tamayo Vargas que tenemos "esperanza en los días que vienen..." y como señala el autor, soñar con la posibilidad de llegar a ver esa esperanza hecha realidad.

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