AGRADECIMIENTOS

Por Eduardo Menescaldi

Sería larga e interminable la lista de agradecimientos para resumir lo vivido el pasado sábado en la Asociación Española, en la presentación del libro Páginas sueltas.
Desde la entidad que dio el espacio -con el contador Daniel Turqui, quien me reconoció que compraba los apuntes de El Coloquio de Ciencias Económicos que se vendían de las clases en la Facultad, de la calle Córdoba, y la siempre dinámica María Rizzo, ensamblando toda la coordinación con maestría, junto al señor Moro- hasta todos los que de una u otra forma adhirieron al acontecimeinto, tanto con su presencia como con su solidaridad.
Ahí, en la sala Federico García Lorca, de ese primer piso de la Asociación, con la "vidriera" del mítico Cine Cervantes, pude emocionarme con la llegada de Claudio Schib, la feliz pareja Miriam y Jorge -una historia de amor increíble-, Tito Donato y señora, Chiche Maderal y su yerno, Jorge, Hipólito Irigoyen, bien de traje -le dije que hoy cumple 88 el querido Horacio Riviere, quien por razones de salud se disculpó para no estar-, Coco Araujo y sus recuerdos, siempre con el Quilmes AC, Jorge Mañez -a quien conocí jugando al hockey, dirigiendo luego y llegando a ser en su momento titular Cervecero-, la señora María Rosa D`Elía Demetilla y su esposo Humberto, la escritora Bertinelli de Ingolotti, Nilda Dotremont -cómo no recordar el radioteatro y su magia-, los colegas que vinieron en buen número -puedo citar al numen del periodismo del Congreso, Mandy Vidal y su esposa, Gustavo Leocata, Norberto Giallombardo, Pedro Navarro, Rodolfo Morguensen-, Chalo Angelli y la generosidad de siempre, el que me contó lo del Mal del Sauce y que tuvo la gentileza de referirlo en El Quilmero, Norma Pitzer, Rubén Sinagra y su esposa, Silvia Roldán e hija Viviana, Don Vito Leocata y su compañera, don Mario Abriola, Alberto Arán -el hombre de las miniaturas-, Paola Bonadiez, Nora -la mamá de Florencia Valledor-, el periodista Raúl, del programa "Buenos días, con buenas ondas", la podóloga Dorita y tantos otros a quienes pido disculpas por no mencionarlos, con esto de la fragilidad de la memoria.
Un párrafo aparte para la profesora Leticia Corsiforti, la presentadora, quien me dio el impulso para liberar los nervios que eran terribles en el momento fundamental. Supo encaminar las cosas y permitir disfrutar de lo que significa dar a conocer una obra como ésta, que tardó trece años en escribirse y que ya lleva su tercera vez de presentación (antes en la feria del libro de Berazategui y en Polaridades).
También hay que destacar la actuación de Florencia Valledor, a quien conozco desde muy pequeña, ya que fue compañero de colegio de mi hija Florencia desde jardín. Pasaron los años, la amistad sigue firme.
Cantó como los dioses, sacó a la luz sus dotes de gran intérprete -en todo caso sigue la brecha que instaló su padre, Norberto, fundador de Los Lugareños, grupo folklórico que está cumpliendo 40 años de existencia- y así fue ofreciendo temas tangueros -Como dos extraños, Adiós Nonino, Chiquilín de Bachín-, la famosa obra de Joan Manuel Serrat y Amaya "Poemas de amor", y el maravilloso cierre con "No llores por mi, Argentina", de la ópera "Evita".
Por último, pero en primer lugar, mi familia, los que vinieron y los que no pudieron estar por distintos motivos, todos están en mi corazón.En fin, una sumatoria de emociones que quedan para siempre en mi alma. Gracias a todos.

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