QAC: EL DIA DESPUES

Las declaraciones del técnico de Quilmes, Jorge Ghiso en EL SOL de hoy sorprenden y preocupan, porque resume que "ellos encontraron el triunfo".
Se quejó porque Rafaela jugó demasiado defensivo, y aseguró que "el primer tiempo fue todo nuestro, jugamos muy bien y nos faltó convertir...".
Las preguntas para Ghiso: ¿acaso no sabía cómo juegan los equipos de Trullet?¿cuántas llegadas tuvo el Cervecero en ese tiempo?¿por qué jugar con un sólo delantero ante un rival "tan defensivo", un delantero (Carrasco) que se convirtió en el primer ciudadano del país del offside?
¿Qué le pasó a la defensa Cervecera que no dio pie con bola, flaqueó por el lado de Martínez, tuvo desacoples en el uruguayo Rodríguez-el pibe Quiles y no encontró la vuelta en el caso del Mugre Corvalán?
¿Por qué desaprovechó tanto a Caneo, fatigándolo a una tarea casi ciclópea de correr demasiado y no encontrar el lugar en la cancha, lo mismo podría decirse de "Robinho" (¿?) López?
¿Acaso no sabía Ghiso que Gigli iba a a ser, como fue, el puntal de la victoria rafaelina, aplicando los cachetazos cada vez que la defensa cervecera mostró desacoples? El tercer gol fue un reflejo del desconcierto: toqueteo rápido y eficaz, con la definición de Gigli.
Tampoco puede declarar Ghiso verse sorprendido porque el rival tomó recaudos ("creí que iban a atacarnos un poco más, por eso el primer tiempo fue todo de Quilmes. Pero se encontraron con un gol y luego se sintieron a gusto esperando y contragolpeando". Parecen declaraciones de un aprendiz de técnico, o alguien que desconoce a sus pares, en el caso Trullet, un técnico que conoce como nadie cada ladrillo del Centenario, y que sin duda se sintió a gusto porque pudo instrumentar todo lo que ideó, y por supuesto, contó con los jugadores que interpretaron muy bien el libreto.
Ghiso dice que los errores que cometió su equipo estuvieron en los goles "después cero que se hizo un trabajo perfecto en la primera parte pero nos faltó profundidad. Obviamente, ellos luego se terminan floreando aprovechando la desesperación nuestra por ir a buscar".
Lo que también aparece como una enorme ingenuidad es la última declaración: "si hubiese sabido que Rafaela venía a jugar de esta manera, seguramente hubiese cambiado. Hubiese jugado conlínea de tres pero tampoco lo teníamos trabajado. Y es muy difícil, cuando no lo trabajamos del todo, arriesgarlo. Sé que no hay tiempo, que es rápido y ya hay que pensar en el partido del jueves (con el líder en San Juan). Pero hay veces que los partidos se dan de esta manera".
Evidentemente, el o los tipos que en la tribuna le gritaban a los jugadores "son horribles", no conocían los declaraciones del técnico. Sin duda, de haberlas escuchado en ese momento, hubieran reaccionado con mayor virulencia. Porque el hincha no es racional, estaba ilusionado después de tres victorias -en realidad sólo festejó la primera con Merlo y las otras las vivió desde afuera- y pensaba que el equipo iba a aparecer. Ahora hay una nueva etapa de incertidumbre, con la necesidad imperiosa de sumar en San Juan, para que no se escapen los de arriba.

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