CHAÑARES... FLOR DE EMOCION

Por Eduardo Menescaldi

Días pasados integrantes de la ONG Tribu Argentina, comandados por el periodista Pedro Navarro, viajaron a Tucumán, para cumplimentar una misión que vienen realizando desde el 2000, cuando se creó la ONG, con la idea de ex alumnos del Colegio Alemán, de Quilmes.
El propósito siempre está ligado con unir Quilmes de Buenos Aires con Quilmes de Tucumán, llevando a los descendientes de los indios Quilmes la solidaridad, el apoyo y la colaboración, con útiles, ropa, alimentos y una serie de actividades que se desarrollan en la comunidad, en Los Chañares.
Hoy, cuando el contingente está pensando en el regreso -será mañana para llegar el domingo a Quilmes- en el programa "Micrófono Abierto", que se difunde por FM Quilmes 98.9, se pudo concretar un hermoso y emotivo contacto desde aquellos lares, con los mágicos cerros como marco (esos que tanto conmovieron al gran Atahualpa, iluminando los más bellos temas, surgidos del corazón del poeta y cantor).
Pedro Navarro fue el encargado, desde Tucumán -concretamente Los Chañares-, de abrir el juego, resaltando el mundo tan particular que estaban viviendo allá, sin televisión, radio, Internet, simplemente con el paisaje, la gente, los anocheceres, las estrellas y los amaneceres de los valles Calchaquíes.
Desde la radio quilmeña los que entablaban el diálogo eran Ana Santillana, Cristina Oller, Carlos Acuña y Diego Miño.
"Los amaneceres son espectaculares, aunque nosotros vivimos más los anocheres" señaló Pedro, aunque aclaró que "solemos levantarnos a las 8".
Navarro resaltó la presencia en este grupo de Tribu, de Jorge Rosetti y su esposa, su hija Anabella, Camila (Rodríguez Testa), estudiante de Ciencias de la Educación, Esperanza, Analía (esposa de Pedro), una psiquiatra "que nos hace toda la terapia", Luciana, su madre Silvia (Liboa), Isabel Tifner, antropóloga.
También están mi señora Graciela y mi hija María Florencia, estudiante de Periodismo
Para quien esto escribe fue el comienzo de la emoción, que fue in crescendo a lo largo de toda la nota.
Curiosa jugarreta del destino o "la mano de Dios", pero yo regresaba de cubrir para el diario EL SOL un desalojo, una muestra elocuente de esta guerra entre pobres tan propia de estos tiempos. En Quilmes Oeste, el dueño de un terreno desalojaba al ocupante -una pareja y sus ocho hijos- con la fuerza pública, la orden judicial y el oficial de justicia. Todos los tires y aflojes, la resistencia, el hombre que no se quería ir porque no tiene trabajo, vive de changas y decía que no tenía dónde ubicarse. El dueño sosteniendo que desde hacía cuatro años soportaba a este inquilino, que le ocupó la casa, nunca le pagó el alquiler.... etcétera, etcétera.
Pensaba que no podría escuchar el programa, sabiendo que iban a comunicarse desde Tucumán, y por lo menos quería escuchar a Flor, porque sabía que Gra difícilmente se animara al micrófono.

Isabel

Isabel, amiga de Gra, fue la encargda de comentar como antropóloga la maravillosa experiencia que vivía en el norte. Subrayó que era ver las cosas distintas, porque conocía el norte como turista y ahora lo experimentaba como habitante.
Explicó que "esto es admirable. Estar aquí, en una comunidad, ancestral, con sus costumbres, viendo cómo es parte del paisaje, cómo valoran los recursos, cómo se manejan con el agua, el fuego, la alegría que tienen, es algo incalculable. Más que nada para nosotros, los quilmeños, que estamos tan ligados con los pueblos originarios, a fin de poder entender lo que sufrieron cuando tuvieron que trasladarse a las costas del río de la Plata. Se puede entender el sufrimiento de este pueblo cuando fue trasladado, un pueblo que convive con su naturaleza, con su cultura... Gracias a Dios, y a pesar de todo, siguen firmes.
Carlos Acuña preguntó sobre el tema del agua, y cómo se manejaban en ese aspecto con semejante recurso. Así mencionó el respeto que los indígenas americanos siempre tuvieron por el agua.
"Tendríamos que aprender de ellos y volver a los orígenes. El agua, por ejemplo, les llega de vertientes, van pasando por represas y se va repartiendo, cada día una familia distinta. Si la usan para determinada cuestión, la vuelven a utilizar para lavar o hacer alguna otra cosa".
Acuña recordó cómo los incas utilizaban el agua, empleando los mismos sistemas de los romanos.
"Aquí, en el norte, ha llegado pero no en la escala de Cusco", afirmó Isabel.
Más adelante, dijo que le habían preguntado a "Estela, que es una de las personas con mayor cantidad de años en la montaña, cómo hacían por ejemplo para curarse de las fiebres. Y decía que había una planta especial para ello (el arcayuyo o ajeno de la Puna), y lo mismo, el membrillo, como elemento para bajar la fiebre. Se curan con plantas... y nosotros también nos curamos con plantas".
Ana lo ratificó: "claro que sí. Lo que pasa es que viene procesado en forma de comprimido".
"Son los saberes ancestrales", acotó Cristina Oller.
"Es el poder de observación, desarrollado por la necesidad" agregó Acuña.
Y reflexionó: "Hay tanta planta que aquí no se usa y se exporta a Europa, ligada con los alimentos. Sería mucho más económico utilizarla aquí en vez de llevarla al exterior, como se la llevan a Chile u otros países, y ellos lo aprovechan, nosotros no.
"Ya vamos a aprender" dijo Isabel. "Igual hay registros etnográficos ... Cada pueblo originario tiene su registro etnográfico...".

Los Chañares

Mi emoción como padre creció cuando fue el tiempo de mi hija Florencia. Con mucha soltura, condujo el programa desde allá y mostró su satisfacción por esta experiencia, mientras desde Buenos Aires le avisaban del saludo de "la tía Olga y de la abuela Santa". Flor mandó un beso a sus familiares "desde aquí, desde las montañas". Y siguió la conductora desde Tucumán:
"Para terminar, y como es viernes, sabiendo que allá está Cristina Oller -todos los viernes informa sobre la página cultural- y Carlitos Acuña, me imagino con la guitarra en la mano... les vamos a presentar al grupo, que nos recibieron el primer día y hasta el último con las guitarras. Se llaman Los Chañares, y en estos momentos hay sólo dos integrantes: Juan y Sergio (los otros dos son Armando y Patricio). Puedo decir que son chicos puros, sanos...
Explicó que "hemos hecho máscaras con las chicas, y les dejamos a los chicos una especie de regalo, que esperemos que esté cuando volvamos. No sé si vieron la película "Náufrago", con Tom Hanks, y la pelota de voley llamada Wilson. Les hicimos con globos y con papel, con plantas y cosas el Wilson, y los chicos dijeron que lo van a cuidar.
Carlos Acuña le dijo a Flor que se la escuchaba "muy alegre".
"Sí, los Quilmes nos contagiaron eso. La culpa la tienen ellos".
Acuña reflexionó: "Cuando uno va a dar, generalmente recibe muchísimo más. Si se supiera el valor del negocio de dar, se estaría dando todo el tiempo".
Flor presentó a Los Chañares, en realidad una parte del grupo, con Sergio y Juan, que cantaron una chacarera primero ("Te voy a contar un sueño", de Peteco Carabajal) , pidiendo palmas "a las chicas de Quilmes".
En algún momento se dio el clásico !Aro, aro!, y el chico tuvo su picardía: "En la punta de aquel cerro/ hay un puñal escondido/ para apuñalear a mi suegro/ si la Florencia no se casa conmigo".
Ana dijo que estaba escuchando el padre, y yo pude disfrutar de la picardía, como para que la emoción siguiera abriéndose paso.
Flor reconoció que "me da risa, porque estos chicos hablan en porteño. Dicen okey..." y cuando Ana habló de contagio, ella sostuvo que "nos estamos como... mimetizando. Nosotros hablamos como ellos y ellos como nosotros".
El cierre mostró la emoción en su climaz. Un hermoso tema ("Ojitos de cielo..."), que a través del teléfono adquirió un valor inefable, imaginando la ensoñación de los cerros que tanto atraparon a Don Ata. Un enorme abrazo a la distancia, las promesas de retribución de visitas y la seguridad en el pensamiento de que hay otro país posible, ese del que seguramente disfrutarán las futuras generaciones.
¿Nosotros? Sólo nos queda cabalgar de las ancas de este caballo blanco, que hoy recorrió la distancia entre Quilmes, de Buenos Aires y Quilmes, de Tucumán, con un relincho de felicidad.
Me quedé pensando... De pronto miro la tele y en pantalla aparece un Urgente: los números del INDEC de enero, sólo el uno por ciento... cuando las cifras no oficiales hablan de más del 2 por ciento.
Las caras de un país que sigue ofreciendo dos facetas. Por supuesto: yo me quedo con ésta que me mostraron desde el Jardín de la República.
La nota, tal vez, ha sido extensa pero valió la pena: gracias a Pedro y su gente por este momento que pareció una eternidad.

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