El universo de coreutas que rodeaba a Néstor (Kirchner) el pasado domingo en la "televisión pública" demostró una vez más que se equivoca el camino cuando de democracia se trata.
Desde la victimización, el ex presidente (?) se encargó de dar una conferencia de prensa a los periodistas "amigos", que embelesados lo dejaron hablar y nunca le preguntaron algo que lo sacara de quicio.
Por el contrario, fue una puesta en escena, donde todo fue "color de rosa" para el ex presidente, que ni siquiera se inmutó ni pasó momentos de zozobra.
El hombre que prácticamente no realizó reuniones de gabinete y que no concedió entrevistas, salvo a los "periodistas amigos", se sintió como pez en el agua. Incluso terminó conduciendo el programa 6 7 8, una expresión kirchnerista hasta los tuétanos.
Cuesta creer que periodistas como la Olivan o el respetable Orlando Barone caigan en semejante trampa de convertirse en ideólogos del kirchnerismo. Bajo el supuesto paraguas de independencia, se ha convertido en una descarada expresión del antiperiodismo.
Alguien dirá que son "los tiempos corren", con las pautas como bandera, pero el periodista, ese que ama su profesión, no puede saltar la barrera de la imparcialidad para convertirse en un difusor del gobierno.
Habrá que esperar...soñar que llegue un día en que vuelva el periodista independiente, por lo menos dependiente de su conciencia y no de lo que le dictan los pesos de quien le pague.
En fin, Kirchner entiende el periodismo de una manera diferente al que quien estudió en aras de ideales y que todavía espera que esa problemática vuelva a instalarse en el ambiente. Ese que por ahora no parece ser el que predomina. En todo caso, habrá que pelear para que vuelvan los ideales.
Desde la victimización, el ex presidente (?) se encargó de dar una conferencia de prensa a los periodistas "amigos", que embelesados lo dejaron hablar y nunca le preguntaron algo que lo sacara de quicio.
Por el contrario, fue una puesta en escena, donde todo fue "color de rosa" para el ex presidente, que ni siquiera se inmutó ni pasó momentos de zozobra.
El hombre que prácticamente no realizó reuniones de gabinete y que no concedió entrevistas, salvo a los "periodistas amigos", se sintió como pez en el agua. Incluso terminó conduciendo el programa 6 7 8, una expresión kirchnerista hasta los tuétanos.
Cuesta creer que periodistas como la Olivan o el respetable Orlando Barone caigan en semejante trampa de convertirse en ideólogos del kirchnerismo. Bajo el supuesto paraguas de independencia, se ha convertido en una descarada expresión del antiperiodismo.
Alguien dirá que son "los tiempos corren", con las pautas como bandera, pero el periodista, ese que ama su profesión, no puede saltar la barrera de la imparcialidad para convertirse en un difusor del gobierno.
Habrá que esperar...soñar que llegue un día en que vuelva el periodista independiente, por lo menos dependiente de su conciencia y no de lo que le dictan los pesos de quien le pague.
En fin, Kirchner entiende el periodismo de una manera diferente al que quien estudió en aras de ideales y que todavía espera que esa problemática vuelva a instalarse en el ambiente. Ese que por ahora no parece ser el que predomina. En todo caso, habrá que pelear para que vuelvan los ideales.
Comentarios
ni una sola mención sobre el asunto.
678 es de la misma productora de TVr, y ya sabemos como le fue en el 13 (lo pasaban despues de las 24 el programa) por su posicion sobre la ley de medios. Sigan leyendo a Majul muchachos