MOISES LEBENSOHN

En el comité radical de Mar del Plata fue presentado el libro de José Bielicki "Moisés Lebensohn, el hombre que pudo cambiar la historia".
La presentación estuvo a cargo del periodista Hugo Gambini. Entre los asistentes se encontraban los ex diputados nacionales Daniel Salvador, Adolfo Stubrin, Jorge Vanossi, la señora Lilia Puig de Stubrin y Vilma Baraggiola. El también ex diputado nacional y actor Luis Brandoni tuvo un corto paso porque debía cumplir función en la obra teatral que protagoniza con Patricio Contreras en Mar del Plata.
José Bielicki, ex diputado nacional, refirió aspectos del libro, donde quiso rescatar la figura de un dirigente olvidado como Moisés Lebensohn, nacido en Bahía Blanca y fallecido en Junín en 1953, a los 45 años. Fue el fundador del diario Democracia, de Junín y tuvo una destacada trayectoria como dirigente político. Porque si bien fue concejal en Junín y presidente del bloque radical en la convención constituyente de 1949, su pensamiento y su filosofía política marcó a fuego al radicalismo de los años 30 y 40, habiendo fundado el Movimiento de Integración y Desarrollo, que fue la base de lanzamiento de quien fuera presidente de los argentinos, Arturo Frondizi, entre 1958 y 1962.
Moisés Lebensohn, según contaron Gambini y Bielicki, se destacaba por su serenidad y su apasionamiento politico. Tenía condiciones éticas destacadas, y puso el énfasis en la justicia social.
Sus discursos apasionaban por su verba y sus expresiones, a tal punto que el historiador Félix Luna dijo que la palabra de Lebensohn reunía riqueza expresiva y contenido.
Lamentablemente, debió tropezar con muchos obstáculos para desarrollar su pensamiento. Lebensohn sufrió discriminación y su condición de judío le valió distintas expresiones de discriminación.
Gambini describió que una de sus primeras apariciones fue en un congreso en la década del 30. Cuando alguien se le acercó para decirle literalmente "judío de mierda", lo calzó con un trompazo que lo tiró al suelo. Además esa discriminación también apareció en las denominadas borratinas, donde Lebensohn era el principal destinatario de esa supresión en candidaturas.
Lebensohn reunía condiciones de enorme sabiduría, destacándose no sólo por sus ideas sino por su amplia cultura. A diferencia de otros que solo se ocupaban por aprender lo que les interesaba, Lebensohn reunía otros conocimientos de la órbita cultural y artística, léase pintura, literatura, etcétera.
Según explicaron el autor y el presentador, Lebensohn pudo haber cambiado la historia si hubiese impuesto sus ideas. Pero chocó con enormes obstáculos en el partido. Lebensohn quería reunir a socialistas, demócratas progresistas, con ideas de justicia social como base de sustento.
Su gran lucha era contra el fascismo, que en esos tiempos de los 40 habían aparecido con el Duce en Italia, Franco en España y Hitler en Alemania.
Desde la década del 30, incluso con el Congreso Eucarístico realizado en Buenos Aires, que tuvo la visita de monseñor Paceli, más tarde el papa Pío XII, generaron en Lebensohn el rechazo por las ideas fascistas de quienes alentaban ese encuentro, más allá de lo religioso.
Lebensohn, en síntesis, pasó a la historia como un gran dirigente radical, con un gran pensamiento yrigoyenista, y que lamentablemente murió muy joven. Hoy es un gran personaje olvidado, por lo que el autor y el presentador entendieron que este libro constituye una manera de rescatarlo del anonimato.
Incluso Bielicki contó una anécdota ocurrida en Paraná, donde fue presentado el libro. En una libreria fue a averiguar sobre el libro, y el vendedor se mostró sorprendido porque desconocía al dirigente. Pero reconoció que siempre tenía curiosidad por saber quién era Lebensohn, porque él vivía en una calle que llevaba ese nombre.
Precisamente, en Bernal, una calle importante de la ciudad lleva el nombre del dirigente Lebensohn.