El doctor Nelson Castro estuvo en LibrArte, la feria del libro de Berazategui y presentó su obra Los últimos días de Eva, la historia de un engaño, sobre la enfemedad de Eva Perón.
Jacinto Pérez Heredia fue el encargado de presentar al periodista y escritor, y subrayó el valioso trabajo que se realizó para desenmascarar la verdad sobre la enfermedad de Evita y todo lo que rodeó aquellos días de los últimos meses de 1951.
En ese sentido, subrayó Pérez Heredia -dijo que vive en la Casa del Teatro y que ya superó los 80- que él era uno de los detractores de Evita, por aquello de esos tiempos en que se era peronista o anti. Y destacó que después de leer detenidamente el libro del doctor Castro, cambió de opinión y hoy públicamente quiso que se sepa que supo entender el sufrimiento de la compañera del General, y hoy comprende que no se puede ser anti, en todo caso el país necesita que se entienda cada tiempo y se sea más tolerante.
En consonancia con esa tolerancia, abogó porque todos compren el libro, lo lean con la misma intensidad con que él lo hizo, para comprender la historia y ser contemplativos.
Incluso instó a todos a que se animen a regalar el libro, porque ningún argentino debe dejar de leeerlo.
A posteriori, habló Nelson Castro y contó paso a paso todos los caminos que fueron recorriendo para dar luz a una etapa de la historia que estaba bastante oscura. En ese sentido, explicó los lugares que fueron visitados para obtener información, comenzando por el Hospital Finocchietto, en Avellaneda, donde todavía se conservan la sala donde estuvo Evita.
Entre otras cuestiones que se dilucidó mencionó la actuación del Dr. Finocchietto, a quien todos suponían operando a Eva Perón, incluso fue condecorado por ese motivo, cuando la verdad fue que el médico fue un norteamericano a quien Perón especialmente contrató, porque quería que Evita sea operada por "el mejor médico del mundo".
Los pasos investigativos de Castro y su equipo (destacó la labor de su joven colaborador, Guido), llevaron a buscar información en distintos facultativos y enfermeras que participaron de esos días, y que todavía están vivos. Eso llevó a contactarlos para obtener rica información.
Todo eso fue base para el informe que en dos programas se pasó por Telenoche, y que sirvieron para ir armando la historia que se cuenta en el libro.
Lo último que se logró conseguir fue la historia clínica de Evita, que era un secreto guardado bajo siete llaves. La casualidad determinó ese descubrimiento, porque un familiar del doctor Dionisi, supo guardar el material sin saber qué era.
Incluso se lo dio el portador antes de morir y le pidió que hiciera lo que quisiera con eso, es decir, quemarlo, tirarlo, dárselo a cualquiera... El hombre lo guardó y ante la revelación de que estaba haciéndose un informe se acercó al equipo del Dr. Castro y se lo alcanzó, sin saber qué era. Cuando abrieron el sobre se encontraron con una fotocopia, con lujo de detalles, de esa valiosa historia clínica.
Otro dato curioso y ejemplificativo del trabajo que hizo el doctor Castro y equipo fue el descubrimiento del doctor Carrascosa, cuyo hijo era conocido de Castro y no sabía que Nelson estaba buscando esa información.
Asimismo, el hecho de aparecer una enfermera en el programa de Telenoche, determinó que la jefa de enfermeras, que atendieron a Evita, se comunicara para pedir explicaciones. Y esa mujer, que nunca había hablado del tema, después de 55 años, lo hizo al comprobar que los investigadores periodísticos hicieron su trabajo con mucho profesionalismos.
Atados todos los cabos, armado el rompecabezas, surgió el libro que fue presentado en la Feria.
Después del acto, Nelson Castro firmó libros con una gran respuesta del público, que adquirió tanto el libro sobre Evita como el de los vicepresidentes.
Vale agregar que en el mismo escenario, pero antes del doctor Castro, estuvo dando una charla el periodista Daniel Santoro, de reconocida trayectoria (en sus comienzos tuvo un corto paso por El Sol, de Quilmes).
Jacinto Pérez Heredia fue el encargado de presentar al periodista y escritor, y subrayó el valioso trabajo que se realizó para desenmascarar la verdad sobre la enfermedad de Evita y todo lo que rodeó aquellos días de los últimos meses de 1951.
En ese sentido, subrayó Pérez Heredia -dijo que vive en la Casa del Teatro y que ya superó los 80- que él era uno de los detractores de Evita, por aquello de esos tiempos en que se era peronista o anti. Y destacó que después de leer detenidamente el libro del doctor Castro, cambió de opinión y hoy públicamente quiso que se sepa que supo entender el sufrimiento de la compañera del General, y hoy comprende que no se puede ser anti, en todo caso el país necesita que se entienda cada tiempo y se sea más tolerante.
En consonancia con esa tolerancia, abogó porque todos compren el libro, lo lean con la misma intensidad con que él lo hizo, para comprender la historia y ser contemplativos.
Incluso instó a todos a que se animen a regalar el libro, porque ningún argentino debe dejar de leeerlo.
A posteriori, habló Nelson Castro y contó paso a paso todos los caminos que fueron recorriendo para dar luz a una etapa de la historia que estaba bastante oscura. En ese sentido, explicó los lugares que fueron visitados para obtener información, comenzando por el Hospital Finocchietto, en Avellaneda, donde todavía se conservan la sala donde estuvo Evita.
Entre otras cuestiones que se dilucidó mencionó la actuación del Dr. Finocchietto, a quien todos suponían operando a Eva Perón, incluso fue condecorado por ese motivo, cuando la verdad fue que el médico fue un norteamericano a quien Perón especialmente contrató, porque quería que Evita sea operada por "el mejor médico del mundo".
Los pasos investigativos de Castro y su equipo (destacó la labor de su joven colaborador, Guido), llevaron a buscar información en distintos facultativos y enfermeras que participaron de esos días, y que todavía están vivos. Eso llevó a contactarlos para obtener rica información.
Todo eso fue base para el informe que en dos programas se pasó por Telenoche, y que sirvieron para ir armando la historia que se cuenta en el libro.
Lo último que se logró conseguir fue la historia clínica de Evita, que era un secreto guardado bajo siete llaves. La casualidad determinó ese descubrimiento, porque un familiar del doctor Dionisi, supo guardar el material sin saber qué era.
Incluso se lo dio el portador antes de morir y le pidió que hiciera lo que quisiera con eso, es decir, quemarlo, tirarlo, dárselo a cualquiera... El hombre lo guardó y ante la revelación de que estaba haciéndose un informe se acercó al equipo del Dr. Castro y se lo alcanzó, sin saber qué era. Cuando abrieron el sobre se encontraron con una fotocopia, con lujo de detalles, de esa valiosa historia clínica.
Otro dato curioso y ejemplificativo del trabajo que hizo el doctor Castro y equipo fue el descubrimiento del doctor Carrascosa, cuyo hijo era conocido de Castro y no sabía que Nelson estaba buscando esa información.
Asimismo, el hecho de aparecer una enfermera en el programa de Telenoche, determinó que la jefa de enfermeras, que atendieron a Evita, se comunicara para pedir explicaciones. Y esa mujer, que nunca había hablado del tema, después de 55 años, lo hizo al comprobar que los investigadores periodísticos hicieron su trabajo con mucho profesionalismos.
Atados todos los cabos, armado el rompecabezas, surgió el libro que fue presentado en la Feria.
Después del acto, Nelson Castro firmó libros con una gran respuesta del público, que adquirió tanto el libro sobre Evita como el de los vicepresidentes.
Vale agregar que en el mismo escenario, pero antes del doctor Castro, estuvo dando una charla el periodista Daniel Santoro, de reconocida trayectoria (en sus comienzos tuvo un corto paso por El Sol, de Quilmes).
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