Se nos fue Mercedes Sosa, la eximia cantora argentina, que pasó todo su arte por el país y el mundo, dejando su impronta.
Hoy se está realizando el velatorio en el Congreso Nacional y todo el pueblo le tributa un merecido homenaje, reconociendo su talento.
Mercedes nació en Tucumán un 9 de Julio -curiosamente, el día de la Independencia, en la ciudad donde se declaró en 1816- y su llegada al mundo fue quince días después de la trágica muerte de Carlos Gardel, en Medellín, Colombia.
La cantora desarrolló una extensa e intensa carrera desde 1950, constituyéndose en el arquetipo del canto nacional.
Zambas, chacareras, gatos, el folklore tuvo su lugar con la privilegiada voz de la Negra, que no sólo alcanzó reconocimiento nacional sino que trascendió las fronteras.
También sufrió las consecuencias de su canto y de su amor por la libertad, sobre todo en los años oscuros de la dictadura, en que tuvo que buscar en el exilio las respuestas que los militares de su país no le daban.
Su obra artística es enorme, con trabajos de toda índole, con expresiones consulares, como Mujeres Argentinas, y el reconocimiento a damas patriotas poco difundidas, que dieron la vida por su tierra.
Su interpretación del tango Los Mareados quedó como un ejemplo inimitable de realización. También vale recordar su expresión de "Gracias a la vida", de Violeta Parra, el "Corazón libre", de Rafael Amor, "Sólo le pido a Dios", de León Gieco, o "A quien doy", de Julio Lacarra.
Son algunos ejemplos, muy pocos por cierto, de todo su talento, que llenó de canto y de emociones a los públicos de toda América y del mundo.
Hoy Mercedes tomó el camino del Cielo, seguramente dando "gracias a la vida" porque le dio tanto, y los argentinos la recordamos en cada momento en que la argentinidad merece ser vivida.
Hoy se está realizando el velatorio en el Congreso Nacional y todo el pueblo le tributa un merecido homenaje, reconociendo su talento.
Mercedes nació en Tucumán un 9 de Julio -curiosamente, el día de la Independencia, en la ciudad donde se declaró en 1816- y su llegada al mundo fue quince días después de la trágica muerte de Carlos Gardel, en Medellín, Colombia.
La cantora desarrolló una extensa e intensa carrera desde 1950, constituyéndose en el arquetipo del canto nacional.
Zambas, chacareras, gatos, el folklore tuvo su lugar con la privilegiada voz de la Negra, que no sólo alcanzó reconocimiento nacional sino que trascendió las fronteras.
También sufrió las consecuencias de su canto y de su amor por la libertad, sobre todo en los años oscuros de la dictadura, en que tuvo que buscar en el exilio las respuestas que los militares de su país no le daban.
Su obra artística es enorme, con trabajos de toda índole, con expresiones consulares, como Mujeres Argentinas, y el reconocimiento a damas patriotas poco difundidas, que dieron la vida por su tierra.
Su interpretación del tango Los Mareados quedó como un ejemplo inimitable de realización. También vale recordar su expresión de "Gracias a la vida", de Violeta Parra, el "Corazón libre", de Rafael Amor, "Sólo le pido a Dios", de León Gieco, o "A quien doy", de Julio Lacarra.
Son algunos ejemplos, muy pocos por cierto, de todo su talento, que llenó de canto y de emociones a los públicos de toda América y del mundo.
Hoy Mercedes tomó el camino del Cielo, seguramente dando "gracias a la vida" porque le dio tanto, y los argentinos la recordamos en cada momento en que la argentinidad merece ser vivida.
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