El escritor e historiador quilmeño Plácido Donato quiso acercar su preocupación sobre el futuro del Parque Cervecería. Señaló que le llegaron versiones por las que el Parque Cervecero podría tener un destino de barrio privado en el 2013. En ese sentido, los brasileros dueños de la empresa, y del parque, estarían pensando en tirar abajo el Parque y construir un barrio privado.
Plácido dice que los pueblos que olvidan su historia y tradiciones no son dignos de su pasado, no viven su presente y jamás tendrán futuro.
Agregó que recorriendo el mundo pudo observar cómo se quieren, admiran y protegen las reliquias y costumbres del pasado. Así mencionó el caso especial de Alemania, demolida por la guerra y reciclada por el amor y la voluntad inquebrantable de sus hijos, patria donde tuvieron raíces los creadores de este pintoresco lugar cervecero.
El parque representa una parte más que importante en la historia de la ciudad de Quilmes, donde se reunían familias y pasaban momentgos inolvidables como en la Rambla y la orilla del "río color de león".
Los quilmeños no somos especialistas en cultivar tradiciones, sostiene Donato, recordando que ya se perdió la manzana colonial destruida por un supermercado.
El autor también se queja de "la atroz edificación de alturas que nos quitó la luz en el centro y aledaños de la ciudad".
Dice que el parque es además uno de los únicos pulmones que defienden el patrimonio ecológico y acusa a "estos comerciantes brasileros", sosteniendo que "creerán, con razón o no, que nuestro país es una gran favela y pueden quebrar nuestros lugares más queridos sin la mayor consideración, como si fuésemos una colonia".
"Defendamos nuestra esencia. Si no lo hacemos... jamás mereceremos tener historia" concluye Plácido Donato.
Plácido dice que los pueblos que olvidan su historia y tradiciones no son dignos de su pasado, no viven su presente y jamás tendrán futuro.
Agregó que recorriendo el mundo pudo observar cómo se quieren, admiran y protegen las reliquias y costumbres del pasado. Así mencionó el caso especial de Alemania, demolida por la guerra y reciclada por el amor y la voluntad inquebrantable de sus hijos, patria donde tuvieron raíces los creadores de este pintoresco lugar cervecero.
El parque representa una parte más que importante en la historia de la ciudad de Quilmes, donde se reunían familias y pasaban momentgos inolvidables como en la Rambla y la orilla del "río color de león".
Los quilmeños no somos especialistas en cultivar tradiciones, sostiene Donato, recordando que ya se perdió la manzana colonial destruida por un supermercado.
El autor también se queja de "la atroz edificación de alturas que nos quitó la luz en el centro y aledaños de la ciudad".
Dice que el parque es además uno de los únicos pulmones que defienden el patrimonio ecológico y acusa a "estos comerciantes brasileros", sosteniendo que "creerán, con razón o no, que nuestro país es una gran favela y pueden quebrar nuestros lugares más queridos sin la mayor consideración, como si fuésemos una colonia".
"Defendamos nuestra esencia. Si no lo hacemos... jamás mereceremos tener historia" concluye Plácido Donato.
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