El peruano parlanchín, Hugo Guerrero Marthineitz no se merecía aparecer en los medios, siendo desalojado del lugar que habitaba. Al menos, la difusión que hizo Jorge Rial de la especie valió para que el medio artístico se movilice y trata de buscar una solución al problema por el que atraviesa el querido Hugo, con sus 86 años a cuestas.
Marthineitz llegó muy joven a la Argentina desde el Perú y edificó una enorme carrera en la radio y la televisión. Creó un estilo de radio y se convirtió en un referente. Por su capacidad para dirigirse desde el micrófono se ganó un lugar importante en el medio, amén de transformarse en el gran difusor de artistas, como Los Fronterizos, Los Chalchaleros, José Larralde, Carlos y Edgar Di Fulvio, Astor Piazzola, Augusto Tamayo Vargas, etcétera, etcétera.
Desde su "show del minuto", que salió al aire un 1 de abril de 1968, concretó una nueva manera de hacer radio, con los telefonemas, la risa sarcástica y tan del peruano, la forma de pasar las publicidades, los reportajes, el tratamiento de los temas, etcétera se convirtió en maestro de propios y ajenos.
Sus reportajes televisivos a través del inolvidable programa "A solas", que el cómico Sapag se encargó de estereotipar, mostrando la admiración por el creador, también hizo historia.
Hace meses estuvo en la Biblioteca Moreno de Bernal contando su historia y respondiendo a la requisitoria de la concurrencia, con anécdotas y esa enorme cultura que siempre ha sabido atrapar al eventual oyente. En fin, no merece ser maltratado a esta edad, y todos los que de una u otra manera recibieron su apoyo tendrían que juntarse para hacerle el desagravio y ayudarlo en este momento difícil.
Marthineitz llegó muy joven a la Argentina desde el Perú y edificó una enorme carrera en la radio y la televisión. Creó un estilo de radio y se convirtió en un referente. Por su capacidad para dirigirse desde el micrófono se ganó un lugar importante en el medio, amén de transformarse en el gran difusor de artistas, como Los Fronterizos, Los Chalchaleros, José Larralde, Carlos y Edgar Di Fulvio, Astor Piazzola, Augusto Tamayo Vargas, etcétera, etcétera.
Desde su "show del minuto", que salió al aire un 1 de abril de 1968, concretó una nueva manera de hacer radio, con los telefonemas, la risa sarcástica y tan del peruano, la forma de pasar las publicidades, los reportajes, el tratamiento de los temas, etcétera se convirtió en maestro de propios y ajenos.
Sus reportajes televisivos a través del inolvidable programa "A solas", que el cómico Sapag se encargó de estereotipar, mostrando la admiración por el creador, también hizo historia.
Hace meses estuvo en la Biblioteca Moreno de Bernal contando su historia y respondiendo a la requisitoria de la concurrencia, con anécdotas y esa enorme cultura que siempre ha sabido atrapar al eventual oyente. En fin, no merece ser maltratado a esta edad, y todos los que de una u otra manera recibieron su apoyo tendrían que juntarse para hacerle el desagravio y ayudarlo en este momento difícil.
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