QUILMES, EL ADIOS EN CASA

Terminó la temporada 2008/2009 para Quilmes en casa, con un pálido empate 1 a 1 con Talleres de Córdoba. El Cervecero fue más, mereció ganar pero como ha sucedido muchas veces en este torneo, sobre todo en casa, desperdició las oportunidades que generó o chocó con la buena respuesta de Brasca.
De todas maneras, en un partido que comenzó perdiéndolo -gol de Cabrera-, en una de las pocas llegadas de todo el encuentro del visitante, logró el empate, después de una corajeada de Olivares, que concluyó el goleador Jota Morales.
Cayó el telón para una temporada que no fue buena -48 puntos sobre 111 posibles implica un rendimiento mediocre- cuando sólo resta el encuentro en Bahía con Olimpo.
Ahora llegará el tiempo del balance, seguramente serán muchos los futbolistas que se irán y habrá que armar un equipo para cumplir el rol que nunca debe dejar de lado el decano del fútbol argentino: apostar al ascenso. Ojalá se saque rédito de una buena lectura de lo que pasó, y se encaren las cosas con equilibrio, fundamentalmente, con todas las patas de la mesa tirando para el mismo lado: cuerpo técnico, jugadores, dirigentes e hinchas. Es la única manera de borrar este triste y solitario final, para volver a tomar el rol protagónico correspondiente.
Llegará el tiempo de los nombres que se irán, aunque es entendible que el técnico Bianco ya debe tener in mente la lista, y también, el de los que vendrán. Habrá que estar finito en la estrategia, para no dejarse llevar por locuras y actuar con sensatez, para que no ocurra lo que hoy vive el rival, Talleres, que de haber sido grande en la categoría, tendrá que remar desde el Argentino A. Porque ese saludo final de consuelo del doctor Herbella a Stang, por el descenso, es una imagen que ningún equipo quiere vivir. Talleres tendrá que renacer de entre las cenizas, y Quilmes tendrá que ser inteligente y sabio a la hora de presupuestar, para llegar al final del torneo 2009/2010 con la sonrisa más grande.

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