Pasó un nuevo acto electoral, en este caso de elecciones legislativas de término medio, y más allá de las sorpresas, lo importante es que nuevamente los argentinos pudimos expresarnos mediante el voto.
Esta herramienta fundamental de la democracia volvió a poner una cuota de sorpresa y preocupación para quienes suelen minimizar el valor del sistema.
Otra vez ganó la democracia, y al margen de los ríos de tinta que se escribieron antes de los comicios y de los que se seguirán escribiendo en las horas posteriores, quedó como saludable saldo que todo el mundo pudo concurrir a emitir su voto y expresar su opinión.
Nadie puede considerarse el dueño del sistema, y cada dos años el pueblo dice presente y deja su lectura, por supuesto es importante que quienes son los responsables de conducir las riendas del país sepan entender el mensaje.
Esta herramienta fundamental de la democracia volvió a poner una cuota de sorpresa y preocupación para quienes suelen minimizar el valor del sistema.
Otra vez ganó la democracia, y al margen de los ríos de tinta que se escribieron antes de los comicios y de los que se seguirán escribiendo en las horas posteriores, quedó como saludable saldo que todo el mundo pudo concurrir a emitir su voto y expresar su opinión.
Nadie puede considerarse el dueño del sistema, y cada dos años el pueblo dice presente y deja su lectura, por supuesto es importante que quienes son los responsables de conducir las riendas del país sepan entender el mensaje.
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