QUILMES, CON PAJARO Y VUELO BAJO

Los dichos de Perogrullo que el fútbol ha acunado en todas sus crónicas parecieron volverse a juntar en el Estadio Centenario. Entre otros: los goles se hacen, no se merecen, el partido dura 90 o los minutos que el árbitro determine, pero el gol vale tanto en el primer minuto -como lo hizo Marclay- como en el último minuto de descuento, como lo concretó Unión.
Fue 2 a 2, cuando parecía que el equipo de Quilmes se quedaba con su primera victoria en "la era Bianco", y sin embargo el santafesino llegó a una increíble igualdad, mérito de no bajar los brazos, pese al hombre de menos y a haber sido superado durante casi todo el encuentro.
"No sabemos definir los partidos, papá", me dijo Mauro con resignación, agregando que "llegaron dos veces y concretaron en ambas".
Y como en el fútbol no hay merecimientos que valgan, otra vez en casa... "sopa", por más que fue empate... con sabor a derrota, que ya hubiera sido demasiado castigo.
Quilmes está tratando de terminar el torneo lo mejor dentro de lo posible, en un momento de transición donde se sabe que muchos de los que están no van a seguir y entonces habrá que armar un equipo con vistas a la temporada 2009/2010, que sea capaz de borrar de plano todo lo malo que mostró el certamen 2008/2009, con muchos más sinsabores que alegrías (se habla de empresarios dispuestos a poner plata para conformar un elenco competitivo... con los riesgos que eso siempre genera, teniendo en cuenta que la política de los últimos tiempos fue dar lugar a los chicos del Semillero).
Volviendo al encuentro de una tarde de domingo, con "los de siempre" en las tribunas y en las plateas, vale recordar que a esta altura de las cosas cada partido es un simpleo testeo. Para decidir quiénes siguen y quiénes tendrán que armar las valijas, porque es evidente que muchos jugadores se irán.
El Cervecero comenzó ganando "desde los vestuarios" con el gol de Marclay, quien en su vuelta al equipo desde el comienzo el Pájaro voló alto, dejó muchas ganas en el campo de juego, los dos goles y un ejemplo para muchos de sus compañeros, sobre todo para aquellos que ofrecen escasa entrega o malos momentos (léase Almada, Olivares, Herbella...).
Unión empató muy pronto con el gol de Zapata, tras una indecisión defensiva del local, en la única llegada de ese primer tiempo. Quilmes se puso en ventaja en el segundo tiempo, con una buena corrida de González que terminó el Pájaro en forma brillante, y no pudo, no supo -como pasó tantas veces en este torneo- mantener el resultado o definir el encuentro, como decía Mauro, y en el último minuto de descuento, a los tropezones, con el grandote que metió Unión para ensuciar las cosas y sacar provecho del río revuelto, se llevó el inesperado premio con el gol de Torres. No lo merecía, pero como dicen los dichos del fútbol, y del Perogrullo, "goles son amores". Unión se abrazó a su "santa fe" y terminó festejando el empate como si fuera una victoria.
Quilmes fue la otra cara. Esperando que el torneo termine, aunque todavía falten cuatro fechas, y sólo queda sumar para mejorar el promedio. La nueva cita será el sábado a las 18.10, otra vez en casa, ante Ferro. ¿Tendrá Quilmes luz verde para sumar por primera vez de a tres con Bianco?
PD: dentro de la exigua cosecha, quedó como dato muy positivo la vuelta de Marclay, quien fue sin duda la figura de un equipo que sigue en deuda con su gente.

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