QUILMES... EL TIRO DEL FINAL

En fútbol no hay merecimientos y los partidos, verdad de Perogrullo, duran los 90 minutos. Por eso, entender el empate de Quilmes y Chacarita es repetir la tan trillada frase..."Esto es fútbol".
Quilmes lo ganaba con el gol del colorado Fassi y buscaba aumentar las cifras, el triunfo parecía no peligrar, las situaciones se sucedían sobre el arco de Nicolás Tauber, y sin embargo sobrevolaba aquel viejo dicho de que los goles que se malogran en el arco contrario se pueden sufrir en el propio. Y así fue, porque en una jugada aislada en el minuto final un remate se desvió en un jugador quilmeño y Pontiroli quedó descolocado.
Chacarita se llevó mucho más de lo que mereció, en todo caso demostró que por algo lleva cinco fechas de empates, que lo ubican en una situación de privilegio en la tabla.
Quilmes, que había hecho todo el gasto, se quedó con la necesidad de repartir y dejó en el camino dos puntos que lo hubieran puesto en una situación expectante.
Ahora tendrá que ir a buscar el triunfo en un reducto especial y muy difícil, como Comodoro Rivadavia ante la CAI el domingo 2 de noviembre.
De todas maneras, cada instancia deja sus enseñanzas y Quilmes tendrá que saberlas aprovechar. Por un lado, no se pueden desperdiciar tantas situaciones porque el 1 a 0, aquí y en la China siempre es un resultado riesgoso, y el rival, como esta vez Chacarita, puede amargarlo en una de las pocas situaciones que generó en 90 minutos (la otra fue en el primer tiempo en dos tiempos).
Quilmes, más allá del resultado, que no premia su esfuerzo, mejoró muchísimo en relación a otras producciones en casa. Fue dueño y señor del partido, sobre todo en el segundo tiempo, pero resignó tantas ocasiones que terminó padeciendo el resultado, por el riesgo que siempre significa no asegurar las cifras.
El técnico Alberto Pascutti tendrá que anotar las lecciones de este partido para no repetir los errores. Quizás se haya equivocado en la oportunidad de los cambios. El Máquina Giampietri está lento, es cierto que aporta lo suyo pero no está para más de 45 minutos, debió haber hecho ingresar a Olivares antes y quizás no hubiera padecido el final.
Lògicamente, Pascutti debe entender que la gente de Quilmes está bastante golpeada, sobre todo cuando se dan hechos como este partido, cuando se saboreaba una victoria, bastante merecida, y sin embargo, el tiro del final fue para Chaca. No lo merecía, es cierto, pero goles son amores.
El trabajo de la próxima semana debe apuntar a recuperar terreno, lisa y llanamente buscar los tres puntos en el sur del país, es cierto en un reducto complicado y especial, pero si se quiere ser candidato no se pueden perder más puntos. Se dirá que faltan 26 fechas, o sea 78 puntos, una enormidad pero no se puede dejar de lado la sensación óptica, que dice que hoy por hoy el equipo deambula por la mitad de la tabla. Esta situación sólo se revierte sumando, y de a tres, por lo que Comodoro debe ser la gran ocasión para traer esos puntos, que signifiquen de una vez por todas el despegue.
Quilmes tendrá que sacar conclusiones de este empate con sabor a derrota. Debió ser un triunfo claro y contundente, no se concretaron las ocasiones, incluso el goleador Jota Morales no se anotó más allá de que tuvo una clarita y salvó Tauber, y eso debe servir para no repetir los errores y ser más pragmático en las próximas ocasiones.
Hay mucho camino para recorrer, por ahora el equipo está mirando las cosas desde lejos, sólo es cuestión de mantener el orden, apostar al equilibrio y pensar que en este camino, por lo menos jugando como ante Chaca, serán más alegrìas.

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