QUILMES, UN PARTIDO BISAGRA

Segunda derrota consecutiva de Quilmes, esta vez en Rosario con Tiro Federal, y como suele ser en nuestro fùtbol la preocupación se apoderó del equipo que se formó para ser protagonista y que mira la tabla desde abajo.
Se podrà decir que recién van cinco fechas, pero los tres puntos sobre quince posibles implican un dolor de cabeza.
El torneo es muy largo, demasiado sin duda, sin embargo genera una semana muy especial de cara al partido del sábado, el para algunos clásico, para otros no, con Defensa y Justicia.
Quilmes sabe que por lo menos es un clásico zonal, por la distancia que separa la ciudad de Florencio Varela, y entonces, por más que los visitantes siguen sin concurrir a los estadios del ascenso, es evidente que el partido ya se juega por más que falten varios días.
El Cervecero, técnico mediante, tendrá que utilizar ese mismo inflador anímico que lo consagró en las cinco últimas fechas del torneo anterior. En aquella oportunidad el Beto Pascutti tuvo el suficiente temperamento para dar vuelta la historia de un equipo que estaba en zona del fondo y con tres victorias y dos empates quedò a un pasito de la clasificación.
Ahora la historia puede compararse, porque el Cervecero va a necesitar aire fresco para entrar a la cancha el sàbado con la posibilidad de revertir las paupérrimas imágenes que dejó en lo poco que va del torneo.
Será un partido bisagra. Defensa es una prueba de fuego, para saber dónde está parado este Quilmes que necesita como nadie la victoria. El rival, con una muy buena campaña, es la gran excusa. ¿Qué puede pasar si vuelve a perder el Decano? No se sabe, de todas maneras Pascutti es muy inteligente, y ya está diciendo que si no cambia la historia está dispuesto a dar un paso al costado. Por ahora, confía en los muchachos y aguarda un sábado de gloria y no de incendio. En todo caso, que los fogones se queden en las fiestas patronales de Bernal.

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