QUILMES, LA CASA NO ESTA EN ORDEN

Quilmes perdìó con Defensa y Justicia 1 a 0 y comenzó a quedarse lejos del sueño de la Promoción. La derrota caló hondo en los hinchas Cerveceros, que se fueron gritando un canto político -el "que se vayan todos"- y que volvieron a sufrir esa amarga sensación de la falta de representación.
Siempre se dijo que en cualquier orden de la vida, mucho más en el futbolístico, para conseguir objetivos hay que lograr el ensamble de las patas de la mesa, léase en este caso, dirigentes, hinchas, jugadores, cuerpo técnico.
Hoy, el Cervecero parece dejar la sensación de que "la mesa está partida", o aquella frase con sabor a eufemismo "la casa está en orden", cuando la realidad es todo lo contrario.
Atrás quedó, tal vez sepultado en el arcón de los recuerdos, aquel equipo de los 33 puntos de la primera rueda, que terminó cerca del lìder, San Martín de Tucumán, y que lucía con orgullo el derecho a pensar que el sueño del ascenso era posible.
Hoy, jugadas 13 fechas de la segunda rueda, sólo se sumaron 11 puntos (sobre 39 posibles), esto es apenas el 30 por ciento.
Con una defensa muy vulnerable, un medio que no muestra equilibrio y sobre todo un ataque altamente inofensivo, ya sin el técnico Alberto Fanesi, ahora con Pancho Martínez, este elenco esencialmente juvenil que recibió al Halcón de Varela, desnudó sus limitaciones apenas el visitante concretó en la red de Pontiroli a los 4 minutos del segundo tiempo.
El orden que pareció mostrar en la primera etapa, cayó estrepitosamente en el complemento. El mareo fue total, la defensa se bloqueó -hasta el experimentado Walter García, quizás atormentado por la tarjeta amarilla del primer tiempo, se perdió en la laguna de las imperfecciones- y sólo hubo un manojo de nervios, voluntades individuales que nunca buscaron el sentido de equipo, quedando el arco de Defensa como de Quilmes a Varela.
Finalmente, pasó lo esperado, los tres puntos se fueron en las alforjas del Halcòn, que festejó este "clásico", al menos de barrio, como si hubiera ganado un campeonato.
Quilmes se fue envuelto en la confusión, pensando que se viene una semanita de aquéllas.
Como diría Pancho Ibañez "todo tiene que ver con todo". Las cosas se vienen haciendo mal, no se sabe si se va mantener el proyecto contra viento y marea, tampoco si siguen las sombras desde la dirigencia, que tuvo que superar la crisis de la deuda con los empleados, que recurrieron al paro para poder cobrar... recièn el viernes, el sueldo de marzo.
La incertidumbre es la peor consejera. Nada resulta obra de la casualidad, hay hechos que alimentan esta realidad. Este Quilmes está a años luz del de la primera rueda. Quizás la última expresiòn como equipo haya sido la victoria ante Ferro, cuando todavía estaba Fanesi... Hoy Ferro, con Trullet al frente, levanta cabeza, en la misma medida en que Quilmes la sigue bajando.
Se vienen días preocupantes, porque el desconcierto es el leit motiv de un equipo que no es tal, y que ya debe pensar en el viaje a Isidro Casanova para visitar a Almirante Borwn, y después se vendrá Chacarita, otro que se está recuperando con creces.
En fin, es tiempo de poner la pelota contra el piso, charlar a fondo este momento y buscar la mejor solución. El técnico tendrá que sincerarse y hacer autocrítica. De lo contrario, habrá que pensar en la manera de llegar a los 49 puntos (hoy Quilmes tiene apenas 44) como para no tener que jugar los últimos encuentros hasta con el fantasma de la permanencia al acecho. Y si no es así, no debe olvidarse que los puntos que hoy se resignan, se lamentarán en el próximo torneo.
La cosa no será fàcil, no son los mejores momentos, y la semana será fundamental para ver si aparece alguna lucecita al final del túnel.

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