EL AUTO DE BALBIN

En el Pasaje Dardo Rocha, de la ciudad de La Plata, se realizó la subasta del Dodge Polara color verde que perteneciera a Ricardo Balbín.
El automóvil fue vendido en 45.500 pesos y adquirido por los abogados Fernando Rosas, Matías Quiero y Omar Velazquez, representantes de un estudio de Capital Federal.
El auto tiene su historia porque fue adquirido por el dirigente radical Ricardo Balbín en una agencia de la ciudad de Lobos y lo utilizó en todas sus recorridas políticas hasta que murió en 1981.
En ese coche Balbín viajó a Buenos Aires en julio de 1974, para despedir los restos del general Juan Domingo Perón y en aquel memorable 4 de julio pronunció en el Congreso esas palabras que quedaron para la eternidad: este viejo adversario despide a un amigo.
El auto estuvo diez años sin ser utilizado y los descendientes de Balbín decidieron restaurarlo -lo que se hizo en el taller de 44 entre 22 y 23- y ponerlo a la venta para destinar los fondos recaudados a refaccionar la vieja casa de Balbín, hoy histórica, de calle 49 entre 12 y Diagonal 74.
Vale mencionar que si bien Balbín no nació en La Plata llegó a la ciudad de las diagonales en 1924 y allí vivió hasta su fallecimiento.
El auto, chapa B 1.249.473, quedó como mudo testigo de la vida de un dirigente que ocupó puestos nacionales como senador y diputado, y que incluso fue candidato a presidente de la Nación por la Unión Cívica Radical.
En tiempos políticos difíciles para el país, Balbín y Perón depusieron viejos rencores y estrecharon vínculos para concluir sus vidas unidos. No olvidemos que Balbín fue perseguido por el peronismo de la primera época, pero el Perón del 72, que volvía al país como un león herbìvoro, se acercó a don Ricardo, lo que motivó la frase que éste dejó en la despedida de los restos del general.
Perón regresó al país el 17 de noviembre de 1972, después de 17 años de exilio y se encontró con Balbín en el Restaurante Nino, de Vicente López, junto a otros dirigentes de distintos partidos políticos, con el propósito de sellar la unidad nacional. Eso fue el 20 de noviembre y al día siguiente, Balbín visitó a Perón en la casa de la calle Gaspar Campos.
Lamentablemente, los esfuerzos de ambos líderes no se terminaron de concretar y los años que vinieron golpearon al país.
De todas maneras, Balbín nunca olvidó el gesto de acercamiento de Perón y por eso, sus palabras en el Congreso despidiendo los restos del general.
Vale decir por último, que en el caso de la subasta del auto que perteneció a Balbín en La Plata fue conducida por el martillero Ricardo Seoane, y tras más de tres horas de ofertas, finalmente el martillo bajó para la oferta de 45.500 pesos, que satisfizo enormemente a los familiares del ilustre político, teniendo en cuenta el propósito de seguir manteniendo la vieja casona, ubicada frente al palacio Lopez Merino.

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