CINEMATECA EN LA ESCUELA

El diputado nacional Juan Carlos Scalesi presentó un proyecto de ley que propone la creación del programa La Cinemateca en la Escuela, en el ámbito de la jefatura de gabinete de ministros, bajo la órbita de la Secretaría de Cultura de la Nación.
Los objetivos son fomentar la industria cinematográfica nacional, formar públicos capaces de construir nuevos sentidos y enriquecimiento de la educación.
Así se dispone incorporar en forma obligatoria la cinemateca como recurso didáctico en las escuelas primarias y secundarias públicas, pudiendo adherir las escuelas privadas, en cuyo caso serán asistidas con copias de toda la producción nacional de cine, documentales, cortos y largometrajes.
Una Comisión ad hoc estará a cargo del programa y deberá evaluar als producciones existenets y las futuras para ser incorporadas a las cinematecas escolaers y en envío del producto cultural necesario.
Deberá detectar y priorizar las necesidades qeu deberá cubrir el programa, celebrar convenios con estados provinciales y municipales, difundir el Programa y crear conciencia en la comunidad sobre la importancia del cine como recurso educativo y otorgar asistencai y cooperación al sector privado.
En los fundamentos se recuerda que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, creado por ley 17741, es el que fomenta la industria del Cine.
El INCAA consiguió ser un organismo autárquico pudiendo administrar los fondos que provienen del 10 por ciento de todas las entradas del cine que se venden en el país, el 10 por ciento del alquiler y/o venta de videos y DVD hogareños y un porcentaje de la publicidad televisiva en los circuitos de los canales de aier. Con estos recurdos financia y promueve la industria del cine nacional.
El legislador se pregunta para que sirve fomentar una industria si no se la protege de la exhibición, y si es válido que el Estado proteja a una industria cultural frente a las desventajas que ésta padece en el libre juego del mercado.
Recuerda que la industria cinematográfica norteamericana controla el 85 por ciento del mercado mundial. Para consolidar ese dominio o ampliarlo cada vez que firma un acuerdo comercial bilateral, los Estados Unidos exigen que se incorpore una cláusula por la que el contratante se abstiene de reimplantar políticas cinematográficas.Asi ejemplifica que productos como el trigo, el arroz, el algodón o cualqueir otro sólo tiene acceso al mercado norteamericano si el país de origen renuncia a cualquier cuota de pantalla en sus cines o televisiones. Para los norteamericanso lso bienes y servicios culturales son una mercancía más y su intercambio debe regirse por las leyes del libre comercio.
En virtud de ello, el Estado debe y puede valerse de formas de protección, especialmente en el plano cultural y además de qué sirve que se incentive la filmación nacional si se mantiene la hegemonía casi salvaje de la industria norteamericana.

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