AÑO YUPANQUIANO

La celebración del centenario del nacimiento del gran poeta, escritor, compositor, músico y cantante Atahualpa Yupanqui ha determinado que con buen criterio se declare el 2008 como el año yupanquiano, lo que significa que durante el mismo se recordará y difundirá la obra del eximio músico que sin duda representa como nadie el sentir de nuestra tierra.
Yupanqui, quien murió en Francia un 23 de mayo de 1992, ha sabido recorrer buena parte del país, para rescatar el sentimiento del habitante de esta tierra, sobre todo del paisano.
El había nacido en un paraje cercano a Pergamino, pero toda su vida fue un constante andar por la pampa, para reflejarla como nadie en todos sus temas.
El norte, sobre todo, encontró motivo para escribir obras inmortales como Luna Tucumana y Camino del Indio.
Sus letras reflejan la soledad del paisano, las diferencias sociales y la injusticia como elemento fundamental a la hora del reparto. Esa solidaridad con el pobre lo llevó alguna vez a expresar amargamente que seguramente "ios almuerza en la mesa del patrón"
No hay que olvidar que el creador de El Arriero decía a mediados del siglo XX que "las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas".
Cerro Colorado, en la provincia de Córdoba, fue su lugar en el mundo, al que regresaba de sus viajes por el país y por el mundo, y fue precisamente desde ese paraje que se le rindió el merecido homenaje.
Fue el cantaautor Jairo, gran amigo de Atahualpa, el que movió los hilos para rendir este tributo en el centenario. Según dijo se enteró que no se había preparado nada para esta fecha, y lamentó ese olvido para quien eligió Cerro Colorado como su lugar de descanso (hoy allí reposan sus restos).
De todas maneras, hay que destacar toda una movida yupanquiana. Desde la provincia de Buenos Aires, el gobernador Daniel Scioli alienta esta iniciativa, que tendrá centro en Pergamino, donde nació el artista. Allí se espera levantar un monumento al ilustre autor de "El alazán" y "Los ejes de mi carreta", entre tantos inolvidables temas.
Como dice el hijo de Yupanqui, su padre su padre fue el hombre más libre del mundo. Amaba la libertad y le cantaba a esa sensación cuando tomaba su caballo y recorría el inmenso territorio nacional.
Desde la provincia también se moviliza el registro del término "folklore" como una buena manera de ensalzar lo nuestro, lo que surge del pueblo. De ese pueblo, Atahualpa rescató su sentimiento llevado a los poemas y a la música para dejar una obra incomparable, que merece ser difundida en los colegios para que los jóvenes conozcan a este argentino que llevó a la Patria junto a su corazón en todas partes del mundo, y que por sus ideas y por su personalidad sufrió persecuciones y descalificaciones.
Entonces, este año habrá Yupanqui para rato.

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