DOÑA ROSA BAJO EL TELON 2007

Un año pleno de éxitos y de buenos productos artísticos fue el que ofrecíó Casa de Arte Doña Rosa a los quilmeños en particular y a los espectadores en general.
La pieza Tu cuna fue un conventillo, de Alberto Vacarezza y la actuación de la Orquesta Municipal de Tango, dirigida por el maestro Carlos Corrales con la voz de Emiliano Castignola -flamante egresado del Instituto Gastronómico del Sur- fueron los espectáculos que determinaron la culminación de la temporada.
Este año la propuesta fue amplia, con shows y espectáculos para todos los gustos. Hubo Noches Porteñas, Noches Españolas, Noches Judías, Noches Italianas, todas mostrando las características de cada colectividad, pasando por las danzas, las costumbres, la gastronomía y el canto.
Se pudieron disfrutar excelentes estrenos teatrales como Nosotras que nos queremos tanto, dirigida por Elsa Juarez, Estación Quilmes -el primer musical de la ciudad, con una producción y un contenido digno de encomio, a nuestro entender lo mejor que se presentó en este escenario- Esperando la carroza, la obra de Jacobo Lagnsner, La Nona, de Roberto Cossa, con la brillante interpretación de Alejandro Casagrande y la dirección del joven Sebastián Suárez.
Por su parte, el equipo municipal dirigido por Alejandro Martín persentó la pieza La Irredenta, asimismo alumnos de la Escuela de Bellas Artes Carlos Morel ofrecieron Los restos del salero y El juicio final, esta obra bajo la dirección de Pablo Zumbo, también estuvo Pablo Mariucci con los títulos Venecia y El tapaditos.
Pero no todo fue teatro, shows, espectáculos. Un lugar preponderante ocuparon las artes plásticas, con muestras, exposiciones, mosaicos, esculturas, fotografías, incluso una original muestra de arbolitos navideños.
Como siempre, en Colón 279, Quilmes, con la sabiduría de Gustavo Castignola y su familia, la cultura abrió sus puertas para la comunidad.

Comienza la función

Como homenaje a esta propuesta que enorgullece a los quilmeños conviene reproducir aquí esa fábrica de sueños que Gustavo Castignola propone al espectador.
"Yo fabrico sueños, los hago a medida/ acérquese y vea qué curiosidad/ en este escenario y bajo estas luces/ despiertan las musas de nuestra ciudad.
Vea, yo no miento, entre que empezamos/ hoy cantan los mudos y los ciegos ven/ soy de los que creen que las vacas vuelan/ y que Doña María puede ser vedette.
Usted tal vez piense que me he vuelto loco/ eso es lo que dice siempre mi mujer/ a veces se asusta mientras yo me creo/ Un día el Quijote y otro día Gardel.
Ya sé, no me cuente, le duele la vida/ el amor esquivo, el destino cruel/ al final de cuentas y después de todo/ a mí me pegaron tanto como a usted.
Vamos, no se rinda, la vida es sainete/ ya está el decorado listo para el show/ venga con lo puesto y nuestra vestuarista/ dejará su facha como un Napoleón.
Esta vieja casa llena de colores/ la habitan ilusos, locos como yo/ venga a Doña Rosa y tire la chancleta/ yo fabrico sueños en cada función".
Bendita locura, ilustre Gustavo, porque ese mundo de sueños sigue atrapando a los quilmeños.

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