ALBERTO VACAREZZA

Casa de Arte Doña Rosa, en su sede de Colón 279, Quilmes, ofrecerá el domingo 16 a las 20 la última función de Tu cuna fue un conventillo, un sainete clásico de Alberto Vacarezza.
Hablar de Vacarezza es decir sinónimo de sainete y grotesco, y con el recuerdo de Omar Pedro Granelli se puede sintetizar la vida de este gran autor.
Se inclinó por Alberto Vacarezza, aunque su verdadero nombre era Bartolomé Angel Venancio Alberto Vacarezza. Nació en Almagro el primero de abril de 1886 y según dicen sus historiadores desde el vamos se inclinó por las obras teatrales, habiendo incidido muchísimos sus compañeros de colegio, Armando Discépolo y Federico Martens.
También se dice que se inspiró en las constantes visitas a su novia en el barrio de Abasto, cuyo dueño era animador de cuadros filodramáticos, y al parecer tuvo bastante influencia en él.
En 1903 escribió El juzgado, una obra que se estrenó en Villa Crespo, pero su popularidad nació en 1911 con la pieza Los scruchantes. En esos días era empleado judicial en el juzgado de paz, de Triunvirato y Canning.
En 1929 su pieza El Conventillo de la Paloma se consagró como el hecho cultural del año, y hoy sigue siendo considerada el sainete de los sainetes.}
Escribió muchísimos títulos, entre otros Tu cuna fue un conventillo, Juancito de la Ribera, Chacarita, Los Cardales, Lo que le pasó a Reynoso, Murió el sargento Laprida, Cuando un pobre se divierte, Todo el año es carnaval, Villa Crespso, El arroyo Maldonado, Va cayendo gente al baile, Todo bicho que camina va a parar al asador.
Sus personajes cocoliches fueron pintados con imaginación y buen humor.
Era un jugador empedernido, se prendía en cualquier contienda y dilapidaba el dinero que ganaba.
Antes de su muerte le anunció al periodista Rómulo Berutti poco antes de su muerte, el 6 de agosto de 1959, que estaba ensayando "pa´finado".
Otra veta que descubrió fueron tangos que incluyó en sus sainetes. El músico con el que más binomios armó fue Enrique Delfino, con quien compuso tangos de notoriedad, como La copa del olvido, Araca corazón, Calle Corrientes, Francesita, No le digas que la quiero, Otario que andás penando, Padre nuestro y Talán Talán.
Con el bandoneonista Antnio Scatasso hizo Adiós para siempre, El poncho del amor y No me tires con la tapa de la olla. Con Juan de Dios Filiberto realizó el famoso tango Botines viejos y con Raúl de los HOyos, el popular Carrerito.

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