El Quilmes Atlético Club es el Decano del fútbol argentino. Fundado el 27 de noviembre de 1887, la entidad es la más antigua de las afiliadas a la Asociación del Fútbol Argentino, y si bien hay una "disputa", pulseada o como quiera llamársele, con Gimnasia y Esgrima La Plata, la realidad, que es la única verdad, es que el Cervecero es el más antiguo, porque si bien el Tripero comenzó un poquito antes de noviembre del 87, Quilmes dio el puntapié inicial en el fútbol antes que los platenses, que precisamente empezaron... con gimnasia y esgrima, y más tarde agregaron el fútbol o balompié.
Un querido amigo y gran dirigente del Quilmes AC, Horacio Riviere, quien fue jefe de prensa de una época en que el club ganaba los premios de AFA por ser el que mejor atendía a la prensa -eran galardones otorgados por CEPA, es decir el Círculo de Periodistas de AFA, y generalmente las fuerzas eran parejas con Lanús en eso de recibir a los periodistas, en este caso en el viejo estadio de Guido y Sarmiento- fue madurando una idea, que llegó a presentar en AFA.
El decía, con los argumentos de la historia del club, que estaban dadas las condiciones para que el 27 de noviembre, es decir el día de la fundación, fuera declarado el Día del Fútbol Argentino. Esa idea la alentó durante mucho tiempo y realizó las correspondientes gestiones ante sus pares y ante la entidad madre del fútbol argentino. Había predisposición para dar vía libre al proyecto, pero siempre quedó en promesas.De todas maneras, la iniciativa de Horacio Riviere se justificaba en la rica y apasionante historia del Decano.
El inicio está ligado con los ingleses, esos "locos" que corrían atrás del balón, buscando difundir en estas tierras el deporte que habían traido de su tierra. En Quilmes, con tantos ingleses dando vueltas, el fútbol fue comenzando a instalarse, y el Quilmes AC fue el puntapié inicial, aunque en un principio el club tuvo otros nombres, más ligado a otros deportes que también practicaban los británicos, como el criquet.
Esos "ingleses locos" fueron el comienzo. No podía faltar la respuesta, el contrapunto, porque los "criollos" se sintieron tocados y así nació un primero de diciembre de 1899, es decir algo más de doce años después, el club Argentinos de Quilmes, el conocido Mate, por la bebida nacional que identificaban a estos argentinos que querían hacer frente, futbolísticamente hablando, a los ingleses (vale aclarar que en el acta fundacional decía Argentinos... así en plural).
Entonces, se armó la rivalidad y nació el clásico entre Mates y Cerveceros, que por supuesto tuvo épocas de esplendor, cuando ambos militaban en la misma división. En los primeros años del siglo XX, el choque entre Quilmes y Argentino convocaba multitudes, tanto en el estadio del QAC, en Guido y Sarmiento, como en el de los Mates, en Cevallos y 9 de Julio.
De esas páginas gloriosas de Mates y Quilmes vale destacar un año histórico, como fue 1939, cuando el ascenso a primera división lo disputaron palmo a palmo, y finalmente fueron los Mates lo que saltaron a la división superior (muchos quizás no lo sepan pero Argentino llegó a estar en primera, aunque lamentablemente ese equipo fue desmembrado, los chicos hicieron lo que pudieron, las derrotas se sucedieron por doquier y el de la barranca bajó al año siguiente... con el agravante de no haber ganado un solo partido).
La historia de esos tiempos dividía las aguas futbolísticas, y los hinchas repartían su pasión entre Cerveza y Mate. Aquí hay que decir que el mote Cerveceros con que se conoce a los hinchas de Quilmes está firmemente ligado a la tradicional fábrica de cerveza, que desandó su historia prácticamente en paralelo al club, llegándose a confundirse los calificativos.
Camiseta de fútbol
Hablar de la historia futbolística del Quilmes AC es recordar una enorme cantidad de futbolistas que lucieron su casaca, le dieron brillo y también aportaron una gran cuota de historia en el balompié nacional e internacional.
Los "que peinan canas" podrán hablar de las filigranas que dibujaba en un campo de juego Vicente Zito, apodado La Bordadora, un futbolista de alto vuelo, nacido en la zona de la Colonia, en Quilmes Oeste, y que tenía tanta calidad que de Quilmes fue a Racing para alegrar la vista de quienes disfrutaban de sus hazañas.
El puede ser el símbolo, el representante de muchos cracks, como se les decía antes, que pasaron por las filas del QAC. Uno de los símbolos de calidad y jerarquía, hombre llegado de Venado Tuerto, el Negro Villegas conmovió a los quilmeños con su talento.
Hubo equipos que quedaron en la historia, como aquel del 49 que arrasó rivales en la vieja B y llegó a primera para tallar alto, con Paraja, Santiago, Montes, Baldovino y tantos otros. Ese mismo delantero Paraja que fue al año siguiente al Monumental de River y se despachó con tres goles frente a los de la banda, en una inolvidable goleada 4 a 1.
Justiniano Gallego, un hombre que dedicó parte de su vida a estudiar la historia futbolística de Quilmes -decía que llegó de España y su padre lo llevó a ver a Quilmes, clavando el sentimiento incondicional, aunque curiosamente durante muchos años vivió a metros del estadio Mate- solía contar historias de jugadores que lucieron en el Decano. No lo quería decir con demasiadas letras, aunque sentía que cracks como Androssi, Zito, el Negro Villegas y tantos otros difícilmente podían compararse con los contemporáneos. Eran otros tiempos, otros entremnamientos, otras exigencias... en fin.
Quilmes también tuvo un equipo bárbaro en el 75, que colmaba estadios y ganó el torneo de la B casi de punta a punta, con el Colorado Antonio D´Accorso como técnico y con jugadores de alta creatividad.
El 78
De todas maneras, el mayor logro del Decano fue en el 78. Ese año comenzó mal futbolísticamente en primera, con amenazas de descenso, a tal punto que la dupla Oscar Cavallero-Oscar López debió irse en la séptima fecha. Ahí llegó el Piojo, José Yudica, y con ese técnico, un capitán enorme como Horacio Milozzi, y jugadores que entendieron la mística del grupo humano, real no ficticio, se fueron sumando puntos hasta llegar primeros a la última fecha con un punto de ventaja sobre Boca Juniors, dirigido por Juan Carlos Lorenzo. En ese tiempo los triunfos se computaban con dos puntos y no tres como ahora.
Quilmes fue a jugar a Rosario con Central y junto con el equipo toda una ciudad literalmente se trasladó, por cualquier medio posible, ruta 9 mediante. Quilmes quedó prácticamente vacía, porque los hombres sobre todo se fueron detrás de una esperanza. Boca jugaba con Newell´s y sus posibilidades dependían de los rojinegros.
Ganó Quilmes 3 a 2 con dos goles de Andreuchi y el restante, el del campeonato, de Jorge Gáspari, un jovencito que había llegado de Mar del Plata con su rubia cabellera.
Ese 29 de octubre de 1978 Quilmes no durmió. Hubo una larga espera en el estadio y sobre las cuatro de la mañana los festejos con la llegada de los futbolistas, que le dieron al club el primero y único título en primera división. Más valorado aún porque se logró en un torneo de 42 fechas, no como ahora que se juega cada torneo en 19 jornadas.
Esa conquista puede compararse años después con el título de subcampeón Nacional, que disputó con el Ferro de Carlos Griguol, en memorables finales.
De ahí en más la historia futbolística tuvo alegrías y tristezas, más de éstas que de las otras. Hubo muchos sinsabores, muchos años sin poder ascender, incluso hasta leyendas que se emparentaron con brujerías y cosas por el estilo. En ese sentido, se llegó a conocer que una bruja "sentenció" al club por trece años en cuanto a no ascender, cosa que no se dio en su totalidad, pero que estuvo cerca de ello, porque fueron once años los que pasaron para que pudiera volver a primera. Había ascendido el primero de junio de 1991, volvió a la B al año siguiente y recién regresó al círculo privilegiado el 5 de julio de 2003, de la mano del rafaelino Gustavo Julio Alfaro, el técnico que hoy vive la gloria de llevar a Arsenal de Sarandí a la posibilidad de un título americano.
Este tránsito en primera duró cuatro años, porque otra vez el descenso lo encontró en el 2007. Hoy pelea por regresar a primera lo más pronto posible. Quizás haya aprendido algo la lección de pensar de una vez por todas en el semillero. Los ejemplos de otros equipos, que supieron mirar sus inferiores, parecen haber tallado la madera del Cervecero. Sea por razones económicas o por entender que alguna vez hay que apostar a los proyectos y al material futbolístico de casa, lo cierto es que la buena campaña en la Primera B Nacional se sustenta en los pibes, junto a algunos más experimentados.
Estos mismos chicos que padecieron la primera división, adelatando casi un descenso anunciado, hoy le ponen el pecho a la ilusión del pronto retorno. Curiosamente con el mismo técnico, que padeció el camino al descenso, el doctor Alberto Fanesi, hombre que integró el equipo campeón 78 como futbolista.
El Indio
A la hora de hablar del último ídolo del club en lo futbolístico, no hay dudas. El Indio Omar Hugo Gomez, el futbolista de los botines blancos, se mantiene firme en el corazón del hincha, con sus títulos de tres veces campeón con el equipo en diferentes ascensos, incluido el logro del 78 en primera. Omar Gomez es a Quilmes lo que el Beto Alonso a River, Bochini a Independiente, Maradona a Boca o el Nene Maidana a Banfield. Han pasado los años y todavía nadie puedo ocupar ese lugar, por más que algunos se hayan esforzado por pensar en el Máquina Giampietri, quien este año regresó al equipo luego de su paso por Ben Hur.
El hockey, también
No sólo de fútbol vive el QAC. Hay que destacar varios deportes que se pueden practicar en su sede, pero hay uno que lo distingue por antonomasia, el hockey. Con un hermoso predio en Alberdi y Cevallos, y con muchísimos jóvenes de ambos sexos practicándolo, el hockey lo pone al QAC en un lugar de privilegio. Es uno de los clubes fundadores de la Asociación Argentina de Hockey y además hoy se da el gusto de contar con un presidente, formado en ese deporte, que es el titular de la Asociación, Jorge Mañez.
En las filas de Quilmes han militado y militan jugadores y jugadoras que han prestigiado las selecciones nacionales, entre ellas las "leonas" Luciana Aymar y Mariné Russo. Asimismo, hay jugadores símbolo que dejaron su impronta en el club y que siguen enseñando todo lo que aprendieron, pudiendo resumirse el pensamiento en Alfredo Quacquarini.
En fin, el Quilmes AC está cumpliendo 120 años, tiene su lugar en la ciudad. Quizás le falte mayor respuesta de la gente que se sienta motivada a asociarse o acercarse. Esa es la gran deuda que tienen los directivos y esperemos que en los próximos cien años se camine hacia ese objetivo fundamental, que puede sintetizarse en esta frase: un club con todos.
Un querido amigo y gran dirigente del Quilmes AC, Horacio Riviere, quien fue jefe de prensa de una época en que el club ganaba los premios de AFA por ser el que mejor atendía a la prensa -eran galardones otorgados por CEPA, es decir el Círculo de Periodistas de AFA, y generalmente las fuerzas eran parejas con Lanús en eso de recibir a los periodistas, en este caso en el viejo estadio de Guido y Sarmiento- fue madurando una idea, que llegó a presentar en AFA.
El decía, con los argumentos de la historia del club, que estaban dadas las condiciones para que el 27 de noviembre, es decir el día de la fundación, fuera declarado el Día del Fútbol Argentino. Esa idea la alentó durante mucho tiempo y realizó las correspondientes gestiones ante sus pares y ante la entidad madre del fútbol argentino. Había predisposición para dar vía libre al proyecto, pero siempre quedó en promesas.De todas maneras, la iniciativa de Horacio Riviere se justificaba en la rica y apasionante historia del Decano.
El inicio está ligado con los ingleses, esos "locos" que corrían atrás del balón, buscando difundir en estas tierras el deporte que habían traido de su tierra. En Quilmes, con tantos ingleses dando vueltas, el fútbol fue comenzando a instalarse, y el Quilmes AC fue el puntapié inicial, aunque en un principio el club tuvo otros nombres, más ligado a otros deportes que también practicaban los británicos, como el criquet.
Esos "ingleses locos" fueron el comienzo. No podía faltar la respuesta, el contrapunto, porque los "criollos" se sintieron tocados y así nació un primero de diciembre de 1899, es decir algo más de doce años después, el club Argentinos de Quilmes, el conocido Mate, por la bebida nacional que identificaban a estos argentinos que querían hacer frente, futbolísticamente hablando, a los ingleses (vale aclarar que en el acta fundacional decía Argentinos... así en plural).
Entonces, se armó la rivalidad y nació el clásico entre Mates y Cerveceros, que por supuesto tuvo épocas de esplendor, cuando ambos militaban en la misma división. En los primeros años del siglo XX, el choque entre Quilmes y Argentino convocaba multitudes, tanto en el estadio del QAC, en Guido y Sarmiento, como en el de los Mates, en Cevallos y 9 de Julio.
De esas páginas gloriosas de Mates y Quilmes vale destacar un año histórico, como fue 1939, cuando el ascenso a primera división lo disputaron palmo a palmo, y finalmente fueron los Mates lo que saltaron a la división superior (muchos quizás no lo sepan pero Argentino llegó a estar en primera, aunque lamentablemente ese equipo fue desmembrado, los chicos hicieron lo que pudieron, las derrotas se sucedieron por doquier y el de la barranca bajó al año siguiente... con el agravante de no haber ganado un solo partido).
La historia de esos tiempos dividía las aguas futbolísticas, y los hinchas repartían su pasión entre Cerveza y Mate. Aquí hay que decir que el mote Cerveceros con que se conoce a los hinchas de Quilmes está firmemente ligado a la tradicional fábrica de cerveza, que desandó su historia prácticamente en paralelo al club, llegándose a confundirse los calificativos.
Camiseta de fútbol
Hablar de la historia futbolística del Quilmes AC es recordar una enorme cantidad de futbolistas que lucieron su casaca, le dieron brillo y también aportaron una gran cuota de historia en el balompié nacional e internacional.
Los "que peinan canas" podrán hablar de las filigranas que dibujaba en un campo de juego Vicente Zito, apodado La Bordadora, un futbolista de alto vuelo, nacido en la zona de la Colonia, en Quilmes Oeste, y que tenía tanta calidad que de Quilmes fue a Racing para alegrar la vista de quienes disfrutaban de sus hazañas.
El puede ser el símbolo, el representante de muchos cracks, como se les decía antes, que pasaron por las filas del QAC. Uno de los símbolos de calidad y jerarquía, hombre llegado de Venado Tuerto, el Negro Villegas conmovió a los quilmeños con su talento.
Hubo equipos que quedaron en la historia, como aquel del 49 que arrasó rivales en la vieja B y llegó a primera para tallar alto, con Paraja, Santiago, Montes, Baldovino y tantos otros. Ese mismo delantero Paraja que fue al año siguiente al Monumental de River y se despachó con tres goles frente a los de la banda, en una inolvidable goleada 4 a 1.
Justiniano Gallego, un hombre que dedicó parte de su vida a estudiar la historia futbolística de Quilmes -decía que llegó de España y su padre lo llevó a ver a Quilmes, clavando el sentimiento incondicional, aunque curiosamente durante muchos años vivió a metros del estadio Mate- solía contar historias de jugadores que lucieron en el Decano. No lo quería decir con demasiadas letras, aunque sentía que cracks como Androssi, Zito, el Negro Villegas y tantos otros difícilmente podían compararse con los contemporáneos. Eran otros tiempos, otros entremnamientos, otras exigencias... en fin.
Quilmes también tuvo un equipo bárbaro en el 75, que colmaba estadios y ganó el torneo de la B casi de punta a punta, con el Colorado Antonio D´Accorso como técnico y con jugadores de alta creatividad.
El 78
De todas maneras, el mayor logro del Decano fue en el 78. Ese año comenzó mal futbolísticamente en primera, con amenazas de descenso, a tal punto que la dupla Oscar Cavallero-Oscar López debió irse en la séptima fecha. Ahí llegó el Piojo, José Yudica, y con ese técnico, un capitán enorme como Horacio Milozzi, y jugadores que entendieron la mística del grupo humano, real no ficticio, se fueron sumando puntos hasta llegar primeros a la última fecha con un punto de ventaja sobre Boca Juniors, dirigido por Juan Carlos Lorenzo. En ese tiempo los triunfos se computaban con dos puntos y no tres como ahora.
Quilmes fue a jugar a Rosario con Central y junto con el equipo toda una ciudad literalmente se trasladó, por cualquier medio posible, ruta 9 mediante. Quilmes quedó prácticamente vacía, porque los hombres sobre todo se fueron detrás de una esperanza. Boca jugaba con Newell´s y sus posibilidades dependían de los rojinegros.
Ganó Quilmes 3 a 2 con dos goles de Andreuchi y el restante, el del campeonato, de Jorge Gáspari, un jovencito que había llegado de Mar del Plata con su rubia cabellera.
Ese 29 de octubre de 1978 Quilmes no durmió. Hubo una larga espera en el estadio y sobre las cuatro de la mañana los festejos con la llegada de los futbolistas, que le dieron al club el primero y único título en primera división. Más valorado aún porque se logró en un torneo de 42 fechas, no como ahora que se juega cada torneo en 19 jornadas.
Esa conquista puede compararse años después con el título de subcampeón Nacional, que disputó con el Ferro de Carlos Griguol, en memorables finales.
De ahí en más la historia futbolística tuvo alegrías y tristezas, más de éstas que de las otras. Hubo muchos sinsabores, muchos años sin poder ascender, incluso hasta leyendas que se emparentaron con brujerías y cosas por el estilo. En ese sentido, se llegó a conocer que una bruja "sentenció" al club por trece años en cuanto a no ascender, cosa que no se dio en su totalidad, pero que estuvo cerca de ello, porque fueron once años los que pasaron para que pudiera volver a primera. Había ascendido el primero de junio de 1991, volvió a la B al año siguiente y recién regresó al círculo privilegiado el 5 de julio de 2003, de la mano del rafaelino Gustavo Julio Alfaro, el técnico que hoy vive la gloria de llevar a Arsenal de Sarandí a la posibilidad de un título americano.
Este tránsito en primera duró cuatro años, porque otra vez el descenso lo encontró en el 2007. Hoy pelea por regresar a primera lo más pronto posible. Quizás haya aprendido algo la lección de pensar de una vez por todas en el semillero. Los ejemplos de otros equipos, que supieron mirar sus inferiores, parecen haber tallado la madera del Cervecero. Sea por razones económicas o por entender que alguna vez hay que apostar a los proyectos y al material futbolístico de casa, lo cierto es que la buena campaña en la Primera B Nacional se sustenta en los pibes, junto a algunos más experimentados.
Estos mismos chicos que padecieron la primera división, adelatando casi un descenso anunciado, hoy le ponen el pecho a la ilusión del pronto retorno. Curiosamente con el mismo técnico, que padeció el camino al descenso, el doctor Alberto Fanesi, hombre que integró el equipo campeón 78 como futbolista.
El Indio
A la hora de hablar del último ídolo del club en lo futbolístico, no hay dudas. El Indio Omar Hugo Gomez, el futbolista de los botines blancos, se mantiene firme en el corazón del hincha, con sus títulos de tres veces campeón con el equipo en diferentes ascensos, incluido el logro del 78 en primera. Omar Gomez es a Quilmes lo que el Beto Alonso a River, Bochini a Independiente, Maradona a Boca o el Nene Maidana a Banfield. Han pasado los años y todavía nadie puedo ocupar ese lugar, por más que algunos se hayan esforzado por pensar en el Máquina Giampietri, quien este año regresó al equipo luego de su paso por Ben Hur.
El hockey, también
No sólo de fútbol vive el QAC. Hay que destacar varios deportes que se pueden practicar en su sede, pero hay uno que lo distingue por antonomasia, el hockey. Con un hermoso predio en Alberdi y Cevallos, y con muchísimos jóvenes de ambos sexos practicándolo, el hockey lo pone al QAC en un lugar de privilegio. Es uno de los clubes fundadores de la Asociación Argentina de Hockey y además hoy se da el gusto de contar con un presidente, formado en ese deporte, que es el titular de la Asociación, Jorge Mañez.
En las filas de Quilmes han militado y militan jugadores y jugadoras que han prestigiado las selecciones nacionales, entre ellas las "leonas" Luciana Aymar y Mariné Russo. Asimismo, hay jugadores símbolo que dejaron su impronta en el club y que siguen enseñando todo lo que aprendieron, pudiendo resumirse el pensamiento en Alfredo Quacquarini.
En fin, el Quilmes AC está cumpliendo 120 años, tiene su lugar en la ciudad. Quizás le falte mayor respuesta de la gente que se sienta motivada a asociarse o acercarse. Esa es la gran deuda que tienen los directivos y esperemos que en los próximos cien años se camine hacia ese objetivo fundamental, que puede sintetizarse en esta frase: un club con todos.
Comentarios
De modo que esto es relativo ya que, dependiendo desde que punto se tome en cuenta, si hablamos del decáno del futbol, sin duda lo es Quilmes, ahora, si nos referimos al simple hecho del año de su fundacion, es sin duda Gimnasia.