EL LIBRO DE LAS PULPERIAS

Según comenta la agencia TELAM un libro se ha encargado de rescatar las pulperías de la provincia de Buenos Aires, esos reductos tan característicos de los pueblos, que fueron desapareciendo en cantidades a lo largo de los años. Sin embargo, todavía hay algunos que quedan (son los que refiere el libro). Sí, se trata de esos boliches que han sabido rescatar de los recuerdos poetas y escritores como el Pampa José Larralde, el hombre de Chascomús, Omar Moreno Palacios o el cantor surero Merlo.
Esquinas y almacenes, apenas un puñado, son contenidos en un libro que publicó el Instituto Cultural Bonaerense.
Se trata de un homenaje al hombre de campo, que fue a esos sitios durante dos siglos para beber aguardiente, jugar a las bochas, improvisar una payada o un contrapunto, en fin, una recopilación de las hazañas, mishiaduras y vicios.
A la hora de definir la pulpería se la compara con la taberna de campo, donde se venden comestibles, pocos por cierto, artículos de tienda, y mucha bebida, llámese licores, vinos, y sobre todo, bebidas blancas.
La palabra "pulpería" viene de pulque, que es el nombre con que se conocía al aguardiente en los orígenes aquello que se expendía en el lugar.
En el libro se destaca al pulpero, muchas veces hijo o descendiente de inmigrantes, quien se diferenciaba del resto por su coraje para instalarse allí, entre indios, maleantes y borrachos. Sin duda, una auténtica aventura.
Sigue mencionando el libro que en la época de la conquista del desierto, los gauchos oteaban las pulperías por la banderita blanca que flameaba en medio de la pampa.
El tiempo marcó las diferencias entre almacenes, pulperías y esquinas. La esquina fue algo así como el club para el encuentro de los gauchos, lugar de reuniones, riñas de gallos, juegos, carreras, compra y venta de caballos y también de otros productos. Fueron antecesores de los almacenes de ramos generales.
El ferrocarril se transformó con el tiempo en el transporte para llegar hasta los lugares más remotos. Con la aparición del automóvil los troperos -que arriaban los animales- dejaron su lugar a los camiones jaulas, el paisano comenzó a incursionar en el pueblo y las pulperías se fueron extinguiendo.
Se recuerda, por ejemplo, que el famoso bandido "Butch Cassidy", retratado por el cine norteamericano, juntó provisiones y pasó una noche con toda su banda en una pulpería, que la atendía un pibe, quien después fue Juan Bairoletto, según menciona Alberto Hernández, titular del Instituto Cultural Bonaerense.
Dice también Hernández que fue en las pulperías donde se fueron gestando la primera edición del Martín Fierro, el libro gauchesco por excelencia, el que describe con una pluma maestra la vida del gaucho, sus desventuras, sus soledades y su vida en la pampa infinita.
El libro anota 22 pulperías y se describen con sus características. Figuran estas pulperías: Mira Mar, en Bolivar, Esquina de Argua, en Mar Chiquita, El Recreo y La Colorada, en Chivilcoy, El Torito, en Baradero, Miraflores, en Azul, El Recreo y Moreira, en Navarro, Baladrich y Barbosa en San Pedro, Los Principios y La Blanqueada en San Antonio de Areco, San Gervasio en Tapalqué, El Resorte en Magdalena, El Descanso en Capitán Sarmiento, La Esquina de Croto en Tordillo, Lasarte Hnos. en Tandil, Boliche Perrota en Pergamino, El Nacional en Arrecifes, Pablo Acosta en Azul, Los Ombues en Exaltación de la Cruz y Di Catarina en Mercedes.

Comentarios

Betina ha dicho que…
Pude conocer la pulperia San Gervacio este fin de semana!!!! estoy emocionada, es hermosa.
Gervacio y Anibal nos hicieron una picada, todo casero riquisimo.