EL COLONIAL Y EL GLAMOUR

Finalmente, llegó el día. El tradicional teatro Colonial de Avellaneda, de Mitre 141, tuvo su noche de esplendor con la apertura de sus puertas tras los importantes trabajos de restauración que se realizaron, buscando mantener la línea histórica, acoplando la tecnología de estos tiempos.
Una constelación de figuras se acercó a la sala para acompañar el acontecimiento, Entre otros los padrinos Cacho Castaña y Valeria Lynch, también el actor Guillermo Francella, Emilia Attias, protagonista de la tira recién concluida Casi Angeles.
Asimismo estuvieron Karina Jalinek, la legendaria cantante de Los Cinco Latinos, Estela Raval, Javier Calamaro, Panam, la soprano Gabriela Pochinski, el turco Naim, César Banana Pueyrredón, Hernán Caire, Facundo Espinosa y muchos más.
Animó el show Manuel Wirzt y se realizó el tradicional corte de cintas, con el intendnete de Avellaneda, Baldomero Alvarez de Olivera junto a Cacho Castaña, quien llegó al lugar en limousine.
De aquí a fin de año hay previstos varios espectáculos con las actuaciones de Panam, Javier Calamaro, Piñón Fijo y Carlos Balá, asimismo habrá una velada con Pasión de Sábado, el pópular programa bailantero del canal América, con la Tota Santillán.
El Teatro Colonial cuenta con tecnología de punta y una capacidad para más de 2000 espectadores.
La restauración del Teatro Colonial es una tarea que reconforta desde todo punto de vista porque se trató de recuperar parte de nuestra historia y un espacio para los artistas, como así tambvién ofrecer a al gente otra sala para disfrutar de buenos espectáculos, dijo Horacio Erman, director artístico del teatro.
Por el escenario del Colonial desfilaron innumerables artistas, como una importante cantidad de películas se proyectaron en su pantalla, dado que gran parte de su historia se relaciona con el cine. Entre los artistas destacados qeu pasaron por el Teatro están Carlos Gardel, Libertad Lamarque, el cantor español Angelillo, el mago Fu Man Chu, y en materia de películas se cansó la pantalla de mostrar a Chaplin, El Gordo y el Flaco, Sandrini.
La mística del lugar recupera las leyendas de los guapos de principios de 1900 como asimismo la de personajes como el boxeador José María Gatica, quien lustraba los zapatos en la puerta del Teatro y que con el guiño de los acomodadores disfrutaba de algún que otro espectáculo.

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