SEPA EL PUEBLO VOTAR

El próximo domingo 28 de octubre no será un día más para la Argentina. Hay elecciones, una jornada cívica que debe ser ejemplo aquí y en el mundo, donde se elige presidente y se renuevan intendencias, diputaciones, senadurías, concejalías.
El pueblo entero se volcará a las urnas para decidir el destino de la Nación, con una serie de ofertas, aunque con una aparente apatía que preocupa.
Vale anhelar que la gente se dé cuenta de la importancia del acto eleccionario y que se acerque masivamente a las urnas para expresar su decisión.
Hay encuestas por doquier, sin embargo en los últimos tiempos éstas han caido en credibilidad porque suelen responder a la línea política que las contrata. Así como los números del INDEC están bajo sospecha, los de las encuestas dejan picando la duda, porque muchas veces los encargados de realizarlas suelen dejarse llevar por las "sugerencias" de quienes los contratan.
Más allá de eso, la única verdad es la realidad y el 28 de octubre debe ser un día histórico, sobre todo porque en todo el país debe prevalecer el respeto, el espíritu democrático y la trasparencia.
Hay presunciones que parecen indicar que en el ámbito nacional el voto está "cantado" y que por primera vez en la historia vamos a tener presidenta, sin necesidad de recurrir a la segunda vuelta. En ese caso, se produciría otro hecho increíble y único en el mundo, ya que el mandatario que deja el cargo sería sucedido por su esposa, a quien prácticamente designó a dedo como continuadora, dándose una especie de diarquía, palabra que suele emplear el periodista y analista político Mariano Grondona, como ser el gobierno de la familia, con el hecho novedoso de que esta vez en lugar de primera dama, tendremos primer caballero.
Lógicamente, todo va a depender de la decisión del soberano. Habrá que ver si la gran mayoría se inclina por Cristina y deja sin posibilidades de segunda vuelta a Lilita Carrió, Roberto Lavagna, López Murphy, Alberto Rodríguez Saa y tantos otros que aspirar a conducir los destinos del país.
Así las cosas, el gran interrogante que parece quedará sometido a la decisión del pueblo es si habrá o no ballotage el domingo.
El interés mayor seguramente quedará reducido a los otros cargos que se ponen en juego, como las intendencias en la provincia de Buenos Aires, -distrito en el que parece también que la candidatura del gobernador Daniel Scioli no tendría inconvenientes para imponerse-, en las que con la bandera de Cristina son muchos los que pugnan por convertirse en jefes comunales.
La democracia argentina está acercándose al cuarto de siglo desde su retorno en el 83, con el gobierno del doctor Alfonsín, y se pone a prueba el domingo en una contienda que está en los ojos de la Nación y del mundo. Ojalá que sea un domingo en paz, con una justa comicial modelo, para que no se repitan los lamentables episodios de Córdoba y Chaco.
En esta oportunidad se suma a la votación una pléyede de jóvenes que votan por primera o quizás segunda vez, quienes serán un poco el termómetro del sentimiento que despierta la República, precisamente algunos bienes que están en juego en la oportunidad hacen a la esencia del sistema, como la división de poderes y su justa distribución, sobre todo en un país presidencialista por excelencia, donde el Ejecutivo parece ser el primer poder, en desmedro del Judicial y fundamentalmente, del Legislativo. En este sentido, habrá que bregar para que el Congreso retome su protagonismo, que se vio afectado con los superpoderes del Jefe de Gabinete y los Decretos de Necesidad y Urgencia.
En fin, sepa el pueblo votar, acérquese a las urnas, y demostremos una vez más que la madurez cívica está por encima de cualquier signo partidario.

Comentarios