
Una multitud (12.000 hinchas) acompañó al Cervecero al estadio Verdolaga, en una jornada que tuvo la emoción mayor, con angustia y satisfacción al final. Todavía debe vibrar en los oidos el reclamo casi como un ruego del relator Adrián Di Blasi cuando por FM SUR (88.9) imploraba al árbitro Héctor Baldassi que terminara el partido, porque el Bicho se venía y la valla del polaco Elizaga padecía los minutos finales.
Quilmes volvía a Primera, con el técnico rafaelino Gustavo Alfaro y una multitud vivía el acontecimiento como tantos otros inolvidables en la historia del Decano del fútbol argentino, llámese el título de Primera en Rosario en 1978, bajo la dirección técnica del Piojo Yudica o el ascenso con el Colorado Antonio D´Accorso en 1975, con un equipo que tenía fama de invencible y que llenaba todos los estadios.
Ese 5 de Julio quedó marcado para siempre en la historia del QAC, con un equipo al que el diario El Sol apodó Los Vengadores de Alfaro.
Todavía se recuerda el regreso en caravana y los festejos en el Centenario, que se vistió de fiesta para saludar a los que habían alcanzado un objetivo que se buscó denodadamente durante más de una década, tiempo en que el QAC disputó varias finales, sin éxito. Hasta se había generado

Es para vos, Cachavacha:"Poné a la bruja, la puta que te parió, poné a la bruja, la puta que te parió...", gritaba la hinchada cervecera- a la que se le había pedido ayuda, y la que se dio vuelta por reclamar algún pago incumplido y maldijo ese deseo, asegurando que iban a ser muchos los años sin ascenso.
Alfaro -curiosa jugarreta del destino, nacido un 14 de agosto, coincidentemente con el día de la ciudad- se transformó en el gran héroe. Junto a él los futbolistas, que en el poster gigante de El Sol posaban con el Polaco Elizaga, Danilo Gerlo, Leandro Desábato, Gustavo Raggio, Alejandro Abaurre, Daniel Cicogna, Leandro Benítez, Héctor Aguilar, Raúl Saavedra, Darío Fernández y Rodrigo Braña.
Esa base, con este cuerpo técnico, talló fuerte en Primera en su primera temporada, con 60 puntos, que sirvieron para jugar la Copa Libertadores de América, algo que vivía el Club por segunda vez en su historia (anteriormente había sido tras el título de Primera del 78).
Lamentablemente, no se pudo o no se supo sacar rédito de esos logros de la primera temporada y cuatro años más tarde el Club sufre el golpe del descenso, con la necesidad de buscar otra vez el círculo privilegiado desde la Primera B Nacional.

El técnico Gustavo Alfaro debió irse del QAC, tuvo un paso pálido por San Lorenzo y más tarde recaló en Arsenal de Sarandí, donde en la temporada pasada cumplió una brillante perfomence, logrando la clasificación para la Copa Libertadores y la Sudamericana.
Hoy la historia del QAC dice que hay que volver a empezar. Desandar el durísimo torneo de la B Nacional, con 38 batallas que consagrarán dos ascensos directos -los dos primeros- y dos

El hincha Cervecero no se olvidará jamás de aquel 5 de Julio, cuando vivió una alegría inefable. Eso es lo que se va a tratar de buscar en el durísimo camino del regreso a una división a la que el QAC apuesta siempre que no la integra. Esperemos que la senda que se emprenderá desde agosto tenga el final más deseado, ese que se llama Primera División.
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