Por Eduardo Menescaldi
Era justicia o corrupción, como terminó su alegato el juez Diego Luciani, cuando pidió los seis años de prisión pra Cristina Kirchner y la inhabilitación de por vida para cargos públicos. El remate se apoyó en una tremenda cantidad de pruebas para justificar la solicitud.
La decisión de la Corte Suprema, que simplemente se encargó de ratificar la decisión de los Tribunales que juzgaron a la ex presidenta y ex vicepresidenta.
Después del fallo conocido ayer se puede decir que en la República se respirean mayores aires de libertad.
Por mas que el kirchnerismo pretenda hacer creer que esto es proscripción, persecución, lawfare o lo que fuera, lo cierto es que fue un juicio que empezó en el 2006, cuando precisamente gobernaba el presidente Néstor Kirchner y culminó ayer después de 19 años (una prueba elocuente de que en el país la justicia es lenta pero finalmente aparece).
Lilita Carrió en el 2008 comenzó con las denuncias, con la heroica presentación de Mariana Zuvic, Paula Olivetto y Graciela Ocaña, así como las profundas investigaciones de periodistas, con el numen Jorge Lanata, quien falleció en diciembre del año pasado y no pudo ver el desenlace de esos trabajos que se mostraron en el histórico programa PPT (Periodismo para todos).
Lo cierto es que la República respira otros aires. Habrá que superar la reacción de la condenada finalmente y sus adláteres, que se resisten a aceptar que la jefa vaya presa por corrupción.
Se habla de que tendrá que devolver al Estado 85 mil millones de pesos robados, una cifra impresionante, que podría haber estado en mayor seguridad, en los jubilados quetanto defiende CFK (aunque en su gobierno vetó el 82 por ciento móvil porque iba a quebrar el sistema), en educación y en tantos otros rubros que el Estado tiene que atender.
Suena risible e increíble que aparezca el dirigente del Movimiento Evita, Pérsico, sosteniendo que el peronismo debe pasar a la resistencia (ironías aparte, habría que recomendarle que vaya al Chaco donde esa palabra significa la capital), porque lisa y llanamente se puede leer como aliento a la corrupción.
El kirchnerismo tendría que hacer alguna vez autocrítica, porque hay mas de un equipo de once funcionarios y allegados que se enriquecieron con el régimen, desde los secretarios de Néstor hasta sindicalistas, artistas, etcétera.
Cuando pasen los años, y los jóvenes tengan que estudiar estos años de kirchnerismo, tendrán una gran posibilidad de comprobar que la corrupción mata, envilece, destruye todo. Solo los números de la corrupción sirven para justificar el incremento de la pobreza, de la inseguridad, la explosión del narcotráfico y tantos males juntos.
Los argentinos tenemos que inflar el pecho, agradecer a los jueces su rol y soñar con que alguna vez se podrá tener un país que merezca ser vivido.
Comentarios