El kirchnerismo está encendido después del anuncio de ayer del gobernador Axel Kicillof, que decidió desdoblar las elecciones en la provincia, estableciendo la fecha del 7 de setiembre para los comicios.
Esta medida provocó la rápida reacción del kirchnerismo, que se sintió tocado y lanzó todo tipo de epítetos hacia el gobernador y sus seguidores.
Cristina Kirchner, una apasionada del poder, no se quedó quieta y ya anunció -créase o no- que será candidata a diputada provincial. Con tal de evitar -léase zafar- la cárcel por la causa de corrupción llamada Vialidad, con con doble condena, suficiente para que no pudiera ser candidata, aunque en el país los que tienen cierto poder cuentan con los recursos necesarios para gambetear la realidad.
Así las cosas la provincia de Buenos Aires es un polvorín y el "chiquito" Kicillof, como lo llamaba CFK, se quiere hacer el grandote, desafiando a la jefa y sabiendo que el camino elegido es el único posible para aspirar en el 2027 a una candidatura a la presidencia de la Nación. Tendrá que atravesar el campo minado por la Cámpora, que con Máximo Kirchner a la cabeza lo sembrarán con obstáculos para evitar que el gobernador termine ganando la batalla.
En síntesis, mientras Kicillof desdobla (las elecciones), Cristina Kirchner redobla la apuesta (con el sueño de siempre de ser candidata, aunque sea, después de haber sido Papisa pasar a ser sacerdotisa).
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