Caracas arde y el gobierno del presidente Nicolás Maduro, con represión y terror, está cumpliendo el vaticinio de que iba a haber un baño de sangre si ganaba la oposición en su país.
No solo no reconoció ni mostró los resultados de los comicios -si lo hicieron los opositores, mostrando actas que hablan de un amplio triunfo del candidato Edmundo González Urrutia, apoyado por María Corina Machado- sino que determinó casi por decreto que había ganado el oficialismo y esto se traduce en batallas campales en la capital venezolana, con riesgo de detención para opositores, manifestantes, periodistas, políticos.
En estos momentos la atención y la tensión está puesta en la embajada argentina en Caracas, que está rodeada por policías del gobierno. No olvidemos que el personal diplomático de esa embajada ha sido conminado a dejar el lugar antes del viernes y los riesgos están puestos en el traslado de estas personas hasta el aeropuerto, con el agregado de incertidumbre sobre seis venezolanos, del partido de María Corina Machado, que están asilados en esa embajada.
Hoy hay una reunión especial de la Organización de los Estados Americanos (OEA), para analizar el caso Venezuela. Participan Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay.
No participan regímenes autocráticos como Cuba, Nicaragua y, Honduras, y otros teñidos por la relación carnal con Irán, como Bolivia, y algunos dubitativos como Brasil, Colombia y México.
Salvo las autocracias del mundo, que ya se manifestaron reconociendo "el triunfo" de Nicolás Maduro, el resto de los países no lo hicieron y hubo otros casos, como México, Colombia y Brasil, donde no hubo reconocimiento a la reelección de Maduro sino que pidieron que se muestren las actas de los comicios, cosa que el gobierno de Maduro todavía no ha podido presentar.
En la Argentina, el presidente Javier Milei habló de fraude en Venezuela, en la otra vereda reconocidos kirchneristas se ubicaron en la vereda de enfrente. Incluso se observó a Maduro cantar la marcha peronista y entre los que festejaban el hecho estaban Fernando Esteche, Roberto Baradel, Hugo Yasky, fieles representantes de los que se ilusionan con los regímenes antidemocráticos.
Cristina Kirchner hablará el 3 de agosto en México en una jornada especial y ahí puede ser que diga algo de este Maduro a quien en su momento elogió ruidosamente, incluso fue muy devota de Hugo Chávez con expresiones altamente laudatorios.
Maduro dijo que si ganaba la oposición Venezuela sería un baño de sangre. El proclamó que ganó y sin embargo, el baño de sangre se instaló en el país caribeño. Por ahora se habla de 13 muertos, secuestrados, detenidos, etcétera.
¿Querrá Maduro convertir a Venezuela en la Cuba de esta parte de América? Desde ya hay militares cubanos y personal de inteligencia del país de Fidel Castro que están asesorando al régimen de Maduro.
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