EL ARZOBISPO DE MERCEDES-LUJAN RECONOCIO EL ERROR DE LA MISA POR LA PAZ Y LA FRATERNIDAD


 Terminó siendo, como era esperable, una misa partidaria la que se celebró este mediodía en la basílica de Luján. 

El propio arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig (foto), reconoció al final del acto que había metido la pata, porque lo que se armó con el objetivo de pedir a Dios por la paz y la fraternidad de los argentinos que al final el acto fue solo del partido gobernante.

Antes había dicho que la paz social en la Argentina estaba "frágil y amenazada. Somos responsables de asegurarla y cuidarla".

Vale destacar que la Conferencia Episcopal Argentina no dijo nada sobre el acto e inclusive no convocó a la misa.

Scheinig había reconocido que respondió a un pedido del intendente de Luján, Boto, un jefe comunal kirchnerista.

La Cámpora, el justicialismo y el kirchnerismo pretendieron con esta misa llamar a la unidad, aunque por otro lado se siguió hablando de la oposición, la justicia y los medios críticos como odiadores. En este ambiente y clima era lógica que la oposición no asistiera a la misa.

Después del acto en Luján, hubo otro acto partidario en el parque Lezama, donde se escucharon fuertes críticas a la oposición y a la justicia. Quizás el discurso más violento estuvo a cargo del senador nacional Mariano Recalde, que arremetió con expresiones groseras contra el fiscal Diego Luciani, a cargo de la causa Vialidad, en la que pidió una condena de 12 años para la vicepresidenta Cristina Kirchner por corrupción.

EDUARDO DUHALDE

Uno de los hechos para resaltar en esta celebración en Luján fue la presencia del ex presidente de la Nación y ex gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde, quien estuvo sentado al lado del presidente de la Nacón, Alberto Fernández.

También estuvo el jefe de gabinete bonaerense e intendente de Lomas, de licencia -hoy justo en el día de ese distrito, que cumplió 161 aos- Martín Insaurralde.

Otros presentes: la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza y el gobernador Axel Kicillof. No estuvo la vicepresidenta (dicen que está recluida en un establecimiento de campo en Mercedes).

Hubo muchos dirigentes del oficialismo -entre otros, el jefe de gabinete, Manzur; el premio Nobel de la paz, Pérez Esquivel; el secretario de Derechos Humanos, Pietragalla; ministros, diputados, senadores, etcétera- , y los que no estuvieron, fundamentalmente los de Capital, fueron al Parque Lezama a realizar un acto de solidaridad con la vicepresidenta.

La vocera presidencial, Gabriela Cerrutti, estuvo en Luján y después habló con periodistas y reiteró que no va a haber ley de odio, como se viene anunciando desde distintos sectores del oficialismo.

Habrá que creer a la vocera, aunque si le pasan el discurso de Mariano Recalde en el Parque Lezama, seguramente Cerrutti dirá que lo mejor que puede pasar es que no haya ninguna iniciativa sobre el odio, porque ese discurso fue una avalancha de palabras, donde ese sentimiento estuvo a flor de piel.

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