EL ADIOS AL PADRE JULIAN ZINI, EL DESTACADO CANTAAUTOR CORRENTINO

 El padre Julián Zini falleció ayer. Se trata del destacado poeta, autor, sacerdote y compositor.

Había nacido en el paraje El centinela, departamento de Ituzaingó, en Corrientes en 1939.

La infancia transcurrió en el paraje Cambaí, en Monte Caseros, de la provincia mesopotámica, a orillas del río Mirinay.

En el Seminario Menor de Corrientes realizó estudios de filosofía y teología y los cerró en el Seminario Mayor de La Plata. Se ordenó sacerdote en 1963.

Siempre se mostró amante de la música de su tierra, fundamentalmente el chamamé y se relacionó con artistas de la región. Así se armó el grupo Los hijos del Pay Ubre, junto José Ramón Frette, Carlos Miño, Joaquín Sheridan y Julio Cáceres. 

Los de Imaguaré y el Grupo Reencuentro se integraron al repertorio del padre Julián, que interpretaron sus temas.

Se dedicó a investigar la religiosidad del pueblo correntino y plasmó en libros sus trabajos, como Camino al chamamé, El árbol de nuestra identidad, Memoria de la sangre, Ñandé Roga, La pura limpia mamá ama de Itatí, La cruz Gil, Ñandé Rekó, Pueblo arandú y chamamé un modo de ser.

En los 90 afirmo la banda Julián Zini y Neike Chamigo, junto a músicos como Rosita Leiva, Pochi Base, Martín Barbona, Antonio Alvarez y Kingo Buscaglia.

En los festivales del litoral siempre se lo tuvo como gran animador y en 2016 se presentó en el tradicional festival de Cosquín, en Córdoba.

DESDE QUILMES

El fallecimiento del padre Julián mereció el mensaje del titular de Caritas Argentinas y obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, quien expresó el sentimiento ante la pascua del padre Julián.

Y en un mensaje destaca las cualidades que lo hicieron profundamente popular y querido por la comunidad de Goya y por todos los que lo conocieron.

"Reconocido en el mundo de la cultura por su obra y trayectoria, apasionado por la antropología en su territorio y recopilador de tradiciones de su pueblo, el pai Julián supo escuchar e interpretar el sentir y las raíces más hondas del corazón del campo y la ciudad en Corrientes. Con toda humildad hace pocos días decía: ¿De dónde pude haber sacado yo lo que la gente dice que yo le di? Lo saqué de la gente. Le pedí prestado y se lo devolví.

Sus canciones ayudaron a inculturar la fe cristiana y a celebrarla, según el espíritu del Concilio Vaticano II, a lo largo de su fecunda vida sacerdotal. La sabiduría popular era la fuente de inspiración de sus poemas, y le expresaba con el colorido de la música de su pueblo. Los humildes, los pobres y sufrientes son los protagonistas de sus versos y los destinatarios de sus melodías. Por eso, quedarán muy grabadas en el acerbo de nuestro cancionero litúrgico argentino la mayoría de sus obras, expresando los anhelos de justicia, de fraternidad, de amor y de paz. Basta una de sus perlas memorables.

Jesucristo, señor de la historia/ que estuviste, que estás y estarás/ sos Presencia, Esperanza y Memoria/ sos el Dios de la vida hecho pan

Sos el mismo Jesús que estuviste/ junto al lago de Genesaret/ y ante el hambre del pueblo exigiste/ denle ustedes, por Dios de comer!.

Quédate con nosotros Jesús/ que da miedo tanta oscuridad/ no es posible morirse de hambre/ en la patria bendita del pan.


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